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Tienes que creer

En Éxodo 34, Jehová dijo a Moisés que escribiera las palabras del pacto: Los diez mandamientos. Al descender del monte aquellos eran los mismos diez mandamientos que Dios le dio en la primera ocasión. Cuando Moisés bajó del monte cada vez que Moisés quería decirle al pueblo lo que Dios había dicho, mostraba el rostro para que el pueblo recibiera las palabras

A través de la historia, podemos ver que hay personas que tienen creencias extremistas.  Están aquellos que creen que todo es Dios, por ejemplo un árbol, un animal, etc.  Hay otros que es todo lo opuesto, nada es Dios.  Están aquellos que creen que Dios controla todo, y aquellos que creen que Dios tiene el control de nada.  También hay personas que creen en la suerte y otros en el destino. No podemos vivir en estos extremos.  Debemos buscar el equilibrio y ver cómo entrar en la providencia de Dios en nuestras vidas.

Moisés, se encuentra  en conflicto por el lugar donde se encuentra y para donde Dios lo quiere llevar.   Regresar a Egipto significaba regresar a su pasado, pero para Dios significaba llevarlo al lugar donde siempre debió estar. La primera excusa que dice Moisés a Dios es, no me van a creer.   Esto sucede a muchos cristianos que Dios les llama, y se preocupan por lo que van a pensar de ellos.   La prueba más grande de que Dios te ha llamado, es tu propia vida, tu propia experiencia.  Moisés, un hombre libertado de Egipto, guardado de la muerte y bendecido, era la mayor prueba de su llamado a hacer algo grande.   Hay quienes creen que Dios no ha estado en las experiencias de sus vidas, y toman estas experiencias como la descualificación del llamado, de lo nuevo que Dios tiene para ti y todo lo que en el creen 

Comentanos y asi podra disfrutar de cada mensaje que se publica en este lugar y asi la palabra podra llegar a todos los lugares que tu y yo tenemos que llevar!
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vivir poniendo la mirada en Dios

La naturaleza no cumplió su ciclo de vida, porque dice que no había fruto. Y esta persona que escribe esto estaba esperando eso, porque significaba algo que iba a generar una riqueza sobre su vida. Pero la situación no quedó ahí. 

Había corrales, pero vacíos; por alguna razón no estaban ocupados. Este hombre está describiendo una situación de adversidad que a los seres humanos en algún momento nos toca vivir. El puso su mirada en Dios, pero sabía que debía de acompañar su fe de una actitud muy poderosa. Era un hombre que vivía un momento de adversidad muy duro, donde ni la naturaleza había correspondido.

Hace tiempo, en una porción de tierra que teníamos con mi familia, sembramos cebolla y otras cosas. ¿Y sabe qué pasó? No llovió lo suficiente, y mucha de esa cosecha se perdió y perdí dinero. Oré por lluvia y le creí a Dios por ella. Agarré los ahorros que tenía para mi boda para hacerlo, porque sabía que iba haber una respuesta de la naturaleza y con eso iba a fructificar, pero no obtuve el fruto que esperaba y perdí dinero. Entonces, entendí que a pesar de esa situación, tenía que haber en mi corazón una actitud correcta ante la adversidad. Sin embargo, hubo una respuesta de parte de Dios para mi vida.

 Y a pesar de la adversidad, pude entender que Dios estaba conmigo y mientras El esté conmigo, mientras yo siga confiando en su promesa, mientras yo siga dependiendo que El tiene el control de todo, estoy convencido que siempre vendrá una respuesta de Dios. Y eso me sostiene. ¿Y sabe qué paso? Sí me casé y lo hice mejor que si hubiera obtenido el fruto que deseaba. Y fue porque en ese momento, aprendí a depender de Dios, le dije que yo había hecho mi parte y ahora sólo quedaba esperar en El. Gasté todos los recursos que tenía, y de ahí en adelante sólo quedaba la fe. Para Dios no hay nada imposible.

Me gusta hablar del reino de Dios y cómo opera. Este demanda cosas de nosotros. Mientras conozca más de Dios, va a seguir siendo renovada a otro estado de vida. Me interesa que los hijos de Dios vivamos una vida plena dentro del reino, que sepamos cómo funciona. Usted es un ser espiritual, a usted lo conocen en la tierra y en el cielo; de ustedes se habla en el cielo y en la tierra. El diablo lo conoce a usted, sabe dónde vive, qué hace, conoce las obras de fe que usted tiene, conoce sus debilidades también, pero ahora no me interesa hablarle de eso. Lo que me interesa saber es cómo puedo ser efectivo en el reino de Dios. Todos necesitamos que el Reino funcione siempre sobre nuestras vidas. Por eso, Jesús cuando les enseñó a orar, les dijo que pidieran porque se hiciera la voluntad del cielo en la tierra. Debe ser una persona que sea capaz de generar lo que se hace en el cielo, aquí en la tierra. 

Me interesa que llueva sobre su vida todo aquello que en el cielo existe. Que usted salpique a otros, que en su casa haya bendición, seguridad, fe, un hogar estable. Me interesa que digan sus hijos: “Quisiera volver a nacer de los papás que tengo, porque me han instruido dentro del Reino”. “Me gustan esos padres, porque a pesar de las circunstancias, siempre están unidos. Me interesa que vivan felices, con todo y la adversidad que hay en la tierra.

Quiero hablarle de dos cosas muy importantes, dos actitudes que tienen que ver mucho dentro del reino de Dios.

Lucas 18:9-13 A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola: Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano. El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido.

Jesús identificó a dos tipos de personas dentro de la multitud. Uno llegó diciendo todo lo que hacía. Lo que el fariseo hacía era bueno, ayudaba, daba su diezmo. Sin embargo, llegó a justificarse delante de Dios, y eso es una pésima manera de acercarse a El. Eso casi nunca sirve. Este hombre quiso justificarse de esta manera. Pero vino el otro hombre que pidió misericordia, que no se creía digno. Y éste recibió antes una respuesta del Padre antes que el otro.
Citó esta parábola porque quería hablar de algo muy poderoso que quiere salir del corazón del hombre; algo que ciertos corazones lo confunden, habla acerca de la humildad y aquí hay un principio.

Dice que dijo que cualquiera que se enaltece, será humillado y el que se humille será exaltado. Le quiero pedir favor que cada vez que llegue un momento de humillación a su vida, primero examine si antes de eso no vino una altivez de su parte. Pero sino fue así, es porque viene después la exaltación.

Mateo 11:20 Esto se vuelve muy importante porque también encontré que en cierta ocasión, llegó a un lugar donde no encontró buena parte de la humildad que mueve el corazón de Dios. El orgullo también mueve el corazón de Dios, sólo que la respuesta es diferente. A mí me interesa llegar a un punto de cómo identificar qué es ser manso y humilde de corazón. Se nos dice “Manso, pero no menso; no te dejes”. Como que fuimos programados a reaccionar siempre de una manera incorrecta. Todo ser humano debe reaccionar siempre, pero la forma en que lo hace depende de los valores que lleva dentro. ¿Qué beneficio va a recibir? ¿Tiene poder el ser humilde? Se lo voy a mostrar. Pero veamos qué fue lo que pasó cuando Dios encontró una ciudad ajena a esto.

Entonces comenzó a reconvenir a las ciudades en las cuales había hecho muchos de sus milagros, porque no se habían arrepentido, diciendo: !!Ay de ti, Corazín! !!Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en vosotras, tiempo ha que se hubieran arrepentido en cilicio y en ceniza. 

Por tanto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para Tiro y para Sidón, que para vosotras. Y tú, Capernaum, que eres levantada hasta el cielo, hasta el Hades serás abatida; porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en ti, habría permanecido hasta el día de hoy. Por tanto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para la tierra de Sodoma, que para ti. En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó. Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. 

La mansedumbre y la humildad era todo aquello que a aquellas ciudades les hacía falta, porque ellos se creían muy sabios y entendidos. Ahora pregunto: ¿La sabiduría es mala? ¿El ser entendido o muy inteligente es malo? Pero se vuelve una de las razones por las cuales el corazón se enorgullece. La historia comienza cuando viene Jesús y hace mención de todo lo que Dios había hecho por esas ciudades. Dice que empezó trayendo un bien, manifestando su poder. Ahora, ¿qué hace Dios manifestando el poder en medio de una ciudad donde hay muchos sabios y entendidos? ¿Cree que con sabiduría puedo yo hacer un milagro? ¿Mientras más sabio soy, más milagros de sanidad puedo hacer? ¿Tiene que ver una cosa con la otra? Entonces, ¿por qué Dios empezó a hacer milagros? Porque ni la sabiduría sirve para eso. El ser sabio sirve para tomar decisiones. Dios comenzó con una visitación. El problema es que cuando llega una persona muy sabia, llega el momento en que deja de reconocer en su corazón que sólo Dios puede hacer eso. Trayéndoles un bien, lo menospreciaron. 

Aquí viene el primer principio: ¡Qué bueno que usted tiene muchas capacidades, habilidades! Desarróllelas, crezca y vuélvase grande, pero nunca deje que su corazón empiece a menospreciar las manifestaciones que El tiene para sus hijos. Porque el menospreciar la visitación de Dios sólo provoca que la ira de Dios se encienda. El comenzó haciéndoles un bien, y terminó condenándolos. Nunca deje que su corazón se llene de vanagloria al punto de menospreciar lo que Dios ha hecho.

El día que empecemos a ser malagradecidos, en ese momento dejamos de obtener la bendición de Dios. Porque así como hay gente que lo provoca para bendición, también hay gente que lo provoca para ira.
La mansedumbre y humildad abre la oportunidad de abrir descanso para su alma. Tengo que encontrar el verdadero sentido de la humildad. Esta es la virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades y de todos modos, obrar de acuerdo a este conocimiento. Busqué qué era mansedumbre y encontré algo muy profundo: actitud de manso; que se deja dirigir para poder ser guía de otros. 

Eclesiastés 10:4 Si el espíritu del príncipe se exaltare contra ti, no dejes tu lugar; porque la mansedumbre hará cesar grandes ofensas.

Ahí empezamos a reconocer qué es una persona de un corazón manso y humilde. Quiero tocar estas dos palabras porque sé lo que va a lograr cuando sea una virtud que mantenga todo el tiempo en su vida. Porque mientras me escucha, todos parecen personas mansas y humildes, pero basta que alguien encienda el enojo, la ira, la desesperación, cómo es que usted reacciona, porque la humildad tiene el poder de abrirle puertas, el orgullo se las cierra. La humildad tiene el poder de hacerlo llegar delante de Dios, el orgullo hace que El se aleje de usted.

Tito 3:1-2 Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos a toda buena obra. Que a nadie difamen, que no sean pendencieros, sino amables, mostrando toda mansedumbre para con todos los hombres. 

Cuando leí esta parte, encontré que una de las virtudes del manso y humilde, es el que sabe seguir instrucciones y corresponder a la dirección que se le dé. Es esa persona que siempre está dispuesta a hacer lo que le piden, no  importando cómo se lo pidan ni cuándo; no importando lo que tenga que dejar de hacer para cumplirlo. Toda persona que se quiera ejercitar en eso es la que logra ser mansa y humilde para con los que ve, y seguramente, podrá serlo para con el que no ve. El ejercicio es cuando usted puede ser manso y humilde para con sus papás o su jefe. El problema es que estos valores se van perdiendo mientras nuestro ego toma el control de nuestro corazón y éstos desaparecen. Puede llegar el momento que Dios nos cierra las puertas donde necesitamos que las abra.

I Pedro 3:10 Porque: El que quiere amar la vida Y ver días buenos, Refrene su lengua de mal, Y sus labios no hablen engaño; Apártese del mal, y haga el bien; Busque la paz, y sígala. Porque los ojos del Señor están sobre los justos, Y sus oídos atentos a sus oraciones; 

Quiere decir que usted tiene la capacidad de llamar la atención de Dios cuando comienza en el verso 10 a hacer lo que El dice, y sus oídos atentos a sus oraciones. Dios escucha todo, sí; pero no responde igual a unos que a otros. En este momento, Dios está oyendo lo que estoy diciendo. Pero El no le va a responder igual a usted que a los que no están hoy aquí. El está observando la actitud con la cual nos desenvolvemos en la vida y eso vale para que Dios atienda nuestras suplicas. 

Porque los ojos del Señor están sobre los justos, Y sus oídos atentos a sus oraciones; Pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el mal. ¿Y quién es aquel que os podrá hacer daño, si vosotros seguís el bien? Mas también si alguna cosa padecéis por causa de la justicia, bienaventurados sois. Por tanto, no os amedrentéis por temor de ellos, ni os conturbéis, sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros; 

Quise leer esta parte, porque mansedumbre no es quedarse callado aguantando lo que le están tirando a uno. Mansedumbre es aprender a responder, es tener respuestas correctas en el momento preciso. Es tomar dominio sobre nuestro ego, nuestro orgullo y presentar una respuesta correcta en el momento preciso. No es quedarse callado. Eso se llama mudez, porque no habló. Se denota en la forma en que usted arregla las cosas, en que llega a resolver los asuntos de su vida; se nota cuando en medio de un conflicto conyugal, siempre tiene las palabras correctas para corregir lo que hay que corregir. Mansedumbre no es responder o tener una respuesta ofensiva en el momento de un conflicto. La mansedumbre y humildad abre puertas, el orgullo las cierra. ¿Se necesita humildad para perdonar? ¿Para cuando dicen algo que no es cierto de usted? ¿Se necesita mansedumbre para tratar con el jefe? 

Si no tiene mansedumbre, no va a poder dirigir. Trate de dirigir a alguno que no sea manso. ¿Cómo pretende uno trabajar en un lugar donde no se dejan dirigir, donde no le pueden decir cómo hacer las cosas? La persona que no se deja dirigir es porque piensa que la está menospreciando y no es así. 

Salmo 25:9 Encaminará a los humildes por el juicio, Y enseñará a los mansos su carrera.
Una persona con humildad y mansedumbre, se va a dejar dirigir por Dios, sabe cómo Dios lo va a establecer.

Salmo 138:6 Porque Jehová es excelso, y atiende al humilde, Mas al altivo mira de lejos.
Isaías 57:15 Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados.
En la Biblia se marcan todos aquellos hombres que con el orgullo lo llevaron a la perdición. La humildad tiene el poder de abrirle puertas. Y la más importante que se puede abrir en la vida es la del trono de Dios. Para transformar de un corazón orgulloso a un humilde, hay un proceso. Le voy a contar la historia de un hombre que fue pasado por el horno para crear dentro de él un corazón con humildad, un corazón manso para ser posicionado donde pudiera soportar cualquier cosa. Uno de los riesgos más grandes es cuando el corazón se enorgullece. Dios le recalcó a su pueblo: “no te olvides de donde te saqué”. Tuvieron que pasar un proceso donde el corazón tenía que ser probado, sólo así estuvieron listos para conquistar una tierra, porque el corazón necesitaba un nivel diferente.

El corazón suyo tiene mucho poder para hallar gracia o para que Dios lo vea de lejos. Tiene la capacidad de volvernos personas que todo el tiempo estamos buscando que nadie se aproveche de nosotros. No estoy hablando de gente que hace con nosotros lo que quiere, sino de personas que se saben comportar y tienen las palabras correctas para que sepan responder en el momento adecuado. Estoy diciendo que guarde su corazón y sepa responder. Porque mientras la humildad y mansedumbre reinen en su corazón, siempre va a tener una palabra adecuada para responder y va a ganar cualquier conflicto que se le presente. Imite la actitud de Jesús; a José que a pesar de la adversidad, pudo mantenerse de una forma correcta, porque supo que estaba siendo preparado para un momento de exaltación. Hay cosas que no han llegado a nuestra vida porque no hemos permitido que la humildad se quede.

Nosotros hace un tiempo nos quedamos sin casa, sin carro, con una deuda de más de un millón de quetzales, perdimos la casa, la tierra que teníamos, una finca. Una crisis total, casi nos perdemos como familia, ese fue nuestro desierto, pero El nos sacó de ahí. Eso fue muy difícil para nosotros, fue nuestro desierto. Y escuche lo que nos pasó: El nos sacó de ahí, nos prosperó y llegó el día de estrenar nuestra casa, nuestro carro. Primera vez que podíamos subirnos a un carro con 0 km, y como que me empezó a cautivar dentro del corazón. Esas cosas en ese tiempo cambiaron mi corazón y yo era en la calle esa típica persona que por andar en carro nuevo, todos los demás se tenían que hacerse a un lado. Yo llegué, le entregué las llaves a mi papá y le dije: “Aquí están, no lo voy a usar”, porque yo sabía lo que eso había provocado en mí. La grandeza no es mala, es peligrosa para tener los valores correctos dentro del corazón. Cuesta tanto llegar hasta ahí, y se pierde tan fácil. Yo me despojé de eso.

Es necesaria la adversidad para mantener un corazón manso y humilde. La adversidad sólo es una preparación y de ahí, van a surgir los valores que nos mantendrán. Dios puede exaltar a aquellos corazones que sabe cómo van a reaccionar en las alturas. 

Esta es una prédica que usted se va a recordar de mí durante los próximos días. Porque cuando empiece el momento en que traten con su corazón, cuando ya lo premiaron, cuando ya esté en alto, se va a recordar de mí. Y espero que ese recuerdo le sirva para alcanzar un logro más, no para retroceder. Dios quiere exponerlo a usted y quiere manifestar a través de sus hijos que hay un carácter cuando logran algo.

Esta es una enseñanza que se pone en práctica cada vez que venga la adversidad. Cuando lo logre vencer, va a ser un hijo que sabrá para qué viene la adversidad en el reino.
“Padre, te pido que los guíes, que los ayudes, que cada vez que logren algo, las virtudes  nazcan en corazón, que no haya nadie capaz de cautivarlos más que la mansedumbre y humildad que debe reinar en sus corazones”
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La presencia de Dios

Satanás le teme a los hombres que saben hablar con Dios, porque tienen influencia y logran prodigios. Al entrar en la dimensión sobrenatural de la oración, adquieres fuerza y poder para luchar contra el enemigo y hacer a un lado sus mentiras. Así sucedía con los hombres de los que habla la Biblia. Ellos no eran perfectos, al contrario, muchos tenían terribles defectos, pero sabían habla con Dios y obtenían poderosos resultados. Por ejemplo, Elías hizo que descendiera fuego del cielo; Moisés tenía la potestad para detener las plagas en Egipto, y Daniel salió ileso del foso de los leones. La oración es poderosa para defendernos de ataques y también para impulsarnos a lograr nuestros sueños. Incluso en medio de la adversidad nos da fortaleza, como a Job, quien perdió todo en un día, sin embargo, oró y al final fue restablecido con más de lo que tenía. Acércate al Señor con fe y verás resultados impactantes.
Durante la consagración del templo, Salomón oró y la presencia de Dios los llenó2. En ese momento hubo oración, ofrendas. Ante tales elementos, tu oración no dejará de ser escuchada. Si alguien se acerca a ti con un regalo, inmediatamente le pones atención. Lo mismo sucede con Dios a quien podemos honrar con ofrenda para llamar Su atención. ¿Verdad que la forma afecta? Si tu hijo llega a exigirte, cuesta que le des lo que te pide, pero si se acerca con cariño, cuesta negarse a lo que quiere. Jesús sabía esto, por eso, nos enseñó varios elementos que favorecen nuestra oración.

El primer elemento para orar es que lo hagamos a solas, en la intimidad de nuestra  habitación. El segundo elemento es usar pocas, pero efectivas palabras. El tercer elemento es la humildad; y el cuarto elemento es pedir, aunque el Señor ya sabe lo que necesitamos3. Estos cuatro elementos son importantes, aunque la humildad es determinante. Ser humildes implica ser sinceros, sin dobleces ni mentiras porque Dios nos conoce y desea ayudarnos4.

Sobre la humildad en la oración, Jesús nos dio un ejemplo muy claro. El del fariseo y el  del cobrador de impuestos que se acercaron a orar, cada uno con una actitud diferente. El fariseo hablaba de cosas correctas, pero la forma de hacerlo era incorrecta porque lo hacía con orgullo, humillando de otros. Por lo tanto, la oración solo le sirvió para condenarse. Al contrario, al cobrador de impuesto, la oración le sirvió para ser escuchado y perdonado, por su actitud humilde5. Una de las grandes mentiras de Satanás es que si pecamos no podemos orar, pero no es así. Debemos acercarnos con fe en que Dios puede perdonarnos; entonces nuestra oración se vuelve poderosa porque tiene dos elementos importantes: humildad y arrepentimiento de pecados. Transforma tu oración con estos elementos y verás que tocarás el corazón de Dios, te escuchará y te dará respuestas. Él no busca que seas perfecto, sino que tengas un corazón quebrantado y humilde para acercarte y pedirle.

Los discípulos vieron que el secreto de Jesús era Su forma de orar, por eso, le pidieron que les enseñara. Y Él ofreció la clave para hacer una oración poderosa. A la humildad y al arrepentimiento debemos agregar la fe.

 Si te acercas llorando desconsolado, no estás demostrándole que confías en Su amor. 

Tus lágrimas no lo mueven, solo tu fe lo hace. Así que una oración poderosa es aquella que se hace con la certeza de que Él es omnipotente. Pide en oración, pero no con vanas palabras, sino con humildad, confianza y arrepentimiento6. Confía, búscalo con fe y serás atendido7.

Otro elemento importante es honrar a Dios con nuestra oración, como un hijo se acerca con respeto a su padre8. Si al arrepentimiento, humildad y fe le agregas adoración, logras ese es olor fragante digno de ser atendido. David lo logró. A pesar de ser un hombre que había cometido graves errores, al final de su vida, oró confiado en que el Señor escudriñó su corazón y haría de su descendencia una generación que le adoraría y serviría. Este hombre encontró el motivo correcto para orar, pidió por su familia y fue escuchado9.

Sé humilde, arrepiéntete de tus pecados, y demuéstrale tu fe al Señor. Entonces encontrarás el motivo correcto para orar: tu familia, tu nación, tus amigos, tus finanzas. Las oraciones poderosas generan transformación y obtienen los mejores resultados. Cree por milagros, señales y prodigios. Dile: “Padre, oramos con fe, alabando Tu nombre; declaramos que eres poderoso Rey de reyes y Señor de señores. Te pedimos que nos des la fuerza, la constancia y el ánimo para unirnos a un movimiento de oración que atenderás complacido. Gracias porque sabemos que nos responderás”.
Versículos de Referencia:

1. Santiago 4:3 dice: Y cuando piden, lo hacen mal, porque lo único que quieren es satisfacer sus malos deseos.

2. 2 Crónicas 7:1 relata: En cuanto Salomón terminó de orar, cayó fuego del cielo y quemó por completo las ofrendas y los sacrificios. Luego, la presencia misma de Dios llenó el templo.

3. Mateo 6:5-8 enseña: Cuando ustedes oren, no hagan como los hipócritas. A ellos les encanta que la gente los vea orar. Por eso oran de pie en las sinagogas y en los lugares por donde pasa mucha gente. Pueden estar seguros de que no tendrán otra recompensa. Cuando alguno de ustedes ore, hágalo a solas. Vaya a su cuarto, cierre la puerta y hable allí en secreto con Dios, su Padre, pues él da lo que se le pide en secreto. Cuando ustedes oren, no usen muchas palabras, como hacen los que no conocen verdaderamente a Dios. Ellos creen que, porque hablan mucho, Dios les va a hacer más caso. No los imiten, porque Dios, nuestro Padre, sabe lo que ustedes necesitan, aun antes de que se lo pidan.

4. Santiago 4:6 advierte: En realidad, Dios nos trata con mucho más amor, como dice la Biblia: Dios se opone a los orgullosos,?pero brinda su ayuda a los humildes.

5. Lucas 18:10-14 enseña: Dos hombres fueron al templo a orar. Uno de ellos era fariseo y el otro era cobrador de impuestos. Puesto de pie, el fariseo oraba así: “Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres. Ellos son ladrones y malvados, y engañan a sus esposas con otras mujeres. ¡Tampoco soy como ese cobrador de impuestos! Yo ayuno dos veces por semana y te doy la décima parte de todo lo que gano.” El cobrador de impuestos, en cambio, se quedó un poco más atrás. Ni siquiera se atrevía a levantar la mirada hacia el cielo, sino que se daba golpes en el pecho y decía: “¡Dios, ten compasión de mí, y perdóname por todo lo malo que he hecho!” Cuando terminó de contar esto, Jesús les dijo a aquellos hombres: Les aseguro que, cuando el cobrador de impuestos regresó a su casa, Dios ya lo había perdonado; pero al fariseo no. Porque los que se creen más importantes que los demás, son los menos valiosos para Dios. En cambio, los más importantes para Dios son los humildes.

6. Mateo 6:10-12 enseña: Ven y sé nuestro único rey.?Que todos los que viven?en la tierra te obedezcan,?como te obedecen?los que están en el cielo. Danos la comida que necesitamos hoy. Perdona el mal que hacemos,?así como nosotros perdonamos?a los que nos hacen mal.

7. Lucas 11:9-10 explica: Por eso les digo esto: pidan a Dios y él les dará, hablen con Dios y encontrarán lo que buscan, llámenlo y él los atenderá. Porque el que confía en Dios recibe lo que pide, encuentra lo que busca y, si llama, es atendido.

8. Mateo 6:9 enseña: Ustedes deben orar así: Padre nuestro?que estás en el cielo:?Que todos reconozcan?que tú eres el verdadero Dios.

9. 1 Crónicas 17:25-27 explica: Dios mío, yo me atrevo a pedirte esto porque tú has dicho que mis descendientes serán siempre los reyes de tu pueblo. Tú eres Dios, y has prometido hacerme bien. Por eso te ruego que bendigas a mis descendientes para que siempre te sirvan, porque a quien tú bendigas le irá bien.
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Éste es el Cristo

En Lucas 23:32-48 Llevaban también con él a otros dos, que eran malhechores, para ser muertos.     Y cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera, le crucificaron allí, y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. 

     Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes.  

  Y el pueblo estaba mirando; y aun los gobernantes se burlaban de él, diciendo: A otros salvó; sálvese a sí mismo, si éste es el Cristo, el    escogido de Dios. Los soldados también le escarnecían, acercándose y presentándole vinagre, y diciendo: Si tú eres el Rey de los judíos, sálvate a ti mismo.
  
  Había también sobre él un título escrito con letras griegas, latinas y hebreas: ESTE ES EL REY DE LOS JUDÍOS.

   Y uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros.  

   Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación?      Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo. 

    Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.
 Entonces  Jesús  le  dijo: De  cierto te digo que hoy estarás conmigo   en    el paraíso. Cuando era como la hora sexta, hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena.  Y el sol se oscureció, y el velo del templo se rasgó por la mitad.     Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. 

Y habiendo dicho esto, expiró.   Cuando el centurión vio lo que había acontecido, dio gloria a Dios, diciendo: Verdaderamente este hombre era justo.     Y toda la multitud de los que estaban presentes en este espectáculo, viendo lo que había acontecido, se volvían golpeándose el pecho.
 
Estaba leyendo este  y otros pasajes y vi porciones de la película de la Pasión de Cristo porque en esta semana recordamos que Jesús dio la vida por todos nosotros y leyendo este pasaje me llamó la atención que el Señor estaba crucificado y mucha gente se agolpó o se reunió en ese monte para ver lo que ellos creían era un “espectáculo” y muchos estando allí tuvieron diferentes reacciones ante lo que estaba sucediendo en la cruz.  Me puse a pensar en las costumbres y tradiciones  que tenemos en la Semana Santa, mucha gente aprovecha a ver películas de Jesús, en varios canales de televisión suele transmitirse muchas películas en esta época, todos miran lo que fue su crucifixión de Jesús, otros recuerdan lo que Jesús pasó a través del vía crucis, otras personas en su manera de recordarlo van a ver procesiones en las que a través de una imagen se muestra lo que es la muerte de Cristo,  pero todo esto podría ser un espectáculo ante nuestros ojos, podría ser una recreación si ninguno de nosotros tomara la reacción correcta ante la cruz de Cristo.  
 
Quiero que trate de volver los años y colocarse frente a la cruz, quiero que vea a Jesús en medio de los dos ladrones y trate de ver la gente que está alrededor, por un lado están los soldados romanos indiferentes a lo que está pasando, sorteando la túnica de Jesús, por el otro lado vea a los fariseos burlándose de lo que está pasando, también vea a uno de los malhechores condenados a muerte diciéndole a Jesús “Si eres el Hijo de Dios sálvate y sálvanos a nosotros”, también está el otro malhechor diciendo “Este castigo para nosotros es justo, Señor acuérdate de mí cuando vengas en tu reino”. 

 Cinco tipos diferentes de personas, esos mismos tipos de personas se encuentran hoy delante de la misma cruz de Cristo y reaccionan igual, aún hoy tenemos gente que pareciera ser soldado romano, llegan ante la cruz viendo qué túnica se apropia, viendo qué beneficio va a sacar.  A mí me asombra pensar cómo los romanos estaban viendo la cruz donde Jesús los estaba salvando y aún así tienen el descaro de estar pensando sólo en una túnica, la pregunta que te quiero hacer es: ¿Qué piensas tú al ver la cruz de Cristo? 
 
Hoy sigue habiendo gente que usa la cruz de Cristo para manipular a otros diciendo: “Si eres cristiano deberías comportarte de diferente manera”.  Hay gente que para lo único que usa a Dios es de mandadero de cobros: “Señor te pido que le digas a él que me pague la deuda”.  Estás ante la cruz donde él perdonó tus deudas y en esa misma cruz quieres usar a Jesucristo de cobrador.
 
Está el otro grupo de personas que sólo se burla, hay gente que ve lo que sucede  en el cristianismo o en Noches de Gloria y dicen que es pagado, que es mentira y se burlan de todo lo que hacemos, otros se acercan a la iglesia porque lo que les interesa es ver el espectáculo, las luces, la música, la alabanza; hay otros como el malhechor de un lado de Jesús que para  lo único que usa la cruz es para manipular a Dios, este hombre le decía:  “Si de verdad eres el Cristo demuéstralo ahora bajándome la cruz” y muchos le dicen ahora al Señor “Si de verdad eres Dios sé cómo puedes demostrarlo al mundo – prospérame – “.    Eso es tentar a Dios.    
 
Pero también hay  gente que está hoy junto a la cruz como el ladrón del otro lado y entiende que lo que está sucediendo es algo grandioso, algo que puede transformar sus vidas, personas capaces de decirle “Señor,  soy pecador, merezco la  muerte, pero si tu tienes misericordia de mi y me perdonas podré estar contigo un día en el paraíso, Señor en ti confío y en ti creo”.
 
Te quiero hacer una pregunta más: ¿Por qué eres cristiano?  ¿Por qué eres hijo de Dios? Hay quienes son cristianos porque tenían una gran necesidad y llegaron a Cristo para  que él supliera para esa necesidad, otras porque es una corriente moderna, otras personas lo son por su familia, pero hay quienes son cristianos  porque han reconocido que son pecadores y que Jesús vino a salvar a toda la humanidad, personas que han tenido un encuentro con la cruz de Cristo, que han tenido de frente la crucifixión  de Cristo y han ido hasta el Calvario creyendo que eso va a cambiar sus vidas,  personas que pasan de las tinieblas a la luz, de la muerte eterna  a la vida eterna, personas que dejaron su pasado sepultado atrás y ahora son nuevas criaturas, son personas que han visto la cruz y han entendido el hecho tan maravilloso que allí ha sucedido, eso es un verdadero cristiano.
 
Cosas que sucedieron en la cruz:
 
Colosenses 2:13-15 Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados,  anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz,  y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.
 
Había un acta que nos era contraria a nosotros, como abogado entiendo que cuando alguien quiere acusarlo escribe una demanda con todos sus crímenes y las pruebas correspondientes,  el diablo lo acuso a usted delante de Dios y presentó una demanda que decía: “Acuso a esta persona por estos pecados y lo pruebo de la siguiente manera…” y fue delante de Dios con pruebas y testigos, si usted iba a juicio delante de Dios lo hubiera perdido, el diablo sabía que si alguien pecaba tenía que morir y Dios no quería entrar a juicio todavía  porque sabía que entrábamos a juicio íbamos a perder, en ese momento Dios dijo que necesitaba un abogado defensor y encontró al mejor de todos y le dijo “esa acta o demanda debes quitarla de en medio y la única manera de quitarla de en medio es que la claves en la cruz junto contigo”.  Quiero que entienda que la Biblia dice que Jesús tomó esa acta y fue a la cruz y la clavó quitándola de en medio de nosotros y Dios porque antes cuando Dios hablaba con nosotros en medio estaba el acta con todas nuestras faltas, pero Jesús la quitó.
 
Colosenses 1:19-20 por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud,  y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.
 
Muchos preguntan cómo pueden tener la paz de Dios y la única manera en la que usted puede tener la paz de Dios es teniendo paz con Dios, si quiere tener la paz que sobrepasa todo entendimiento en la mente y corazón debe tener primero la paz con Dios, puedes estar pasando por tormentos, tribulaciones o aflicciones, puedes estar cargado por algo y necesitas de la paz de Dios, esa paz costó la vida de Jesús y él está tan interesado en dártela que mandó a Jesús a morir en la cruz por nosotros, al morir en la cruz Jesús dijo: “Quiero que tengas paz en la mente y corazón, una paz que siempre esté contigo, paz al despertarte, al dormirte, paz para ir a tu trabajo esa es la voluntad de Dios y en la cruz el consiguió la paz para ti, si estás cargado sólo voltea a ver la cruz de Cristo, pero no la mires como un espectador, mírala como alguien que está buscando los beneficios de ella, la paz que Dios da guardará tus pasos, tus pensamientos y todas tus acciones porque  esas es la voluntad de Dios para tu vida.
 
Hebreos 2: 14-15 Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo,  y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre.
 
Cuando Jesús murió en la cruz derrotó al diablo y con ello quiso liberarte a ti del miedo a la muerte, en nuestras culturas se nos enseña a temer a la muerte, asociamos la muerte a una pérdida, entonces en el subconsciente de todos la muerte se ve como una gran pérdida irreparable, y Jesús queriendo librarte de ese miedo que esclaviza destruyó por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, por eso el Apóstol Pablo dijo “Para mi el vivir es Cristo y el morir es ganancia”.   ¿Cómo puede alguien llegar a decir que la muerte es una ganancia cuando para otros es una pérdida?  El Apóstol ve la cruz y dice: “Lo que yo entiendo de la muerte fue cambiado en la cruz del Calvario,  para mí ahora la muerte nada más es la manera de poder llegar al lugar donde siempre he deseado estar”.    Usted puede tener familiares que han muerto y han muerto creyendo en Cristo, si ellos hoy pudieran regresar de donde están,  si pudieran salir de la tumba le dirían que no se preocupe por ellos, que están bien, que están en el mejor lugar de todos, que están felices, llenos de paz, que no llore por ellos sino que se alegre y goce porque está en el lugar donde todos desean estar y es por eso que la Biblia dice que Dios cambia el luto en gozo porque en la cruz del Calvario lo que para nosotros era motivo de luto y de lloro  se convierte en un motivo de gratitud y alegría porque ahora podemos decir que en Cristo Jesús tenemos salvación, entrada al cielo y  vida eterna.
 
Una vez escuché la historia del primer turista espacial, dice que pagó veinticinco millones de dólares al programa espacial ruso para que lo llevaran por una semana, no bajó en ningún lugar, sólo llegó a la estación espacial, así que podríamos decir lo siguiente: Un pasaje a Miami te cuesta US$500.00, un pasaje a Europa US$1,200.00, un pasaje al espacio US$25 millones, un pasaje al cielo… no tiene precio, Jesús se lo regaló a usted.
 
Este día celebramos un hecho histórico, el hecho de que Jesús está vivo, podemos ver hacia atrás y  contar la vida de grandes leyendas que ha tenido la historia, leyendas como el Rey Arturo, Robin Hood, Tecún Umán, todos están muertos hoy, si es que existieron;  puede voltear a ver la vida de grandes libertadores o conquistadores como George Washington, Simón Bolívar a quienes les llamaron héroes de la patria, gente que tuvo una conducta intachable y ejemplar, como Pedro, Pablo, San Agustín, a quienes llamaron santos hoy todos están muertos, puede ver la vida de aquellos que quisieron iniciar una religión o que hoy los veneran como cabeza de religión como Mahoma, Buda o  Confucio, todos están muertos, pero Jesucristo está vivo, hoy celebramos no sólo su historia sino también su resurrección, él está vivo y vive para siempre. 

Estamos esperando a Nuestro Salvador, puede venir en cualquier momento, porque así como prometió que un día iba a resucitar, también prometió que regresaría una segunda vez, pero esta vez no relacionado con el pecado sino regresaría para instaurar su reino, dice la Escritura que cuando él regrese se oirá una voz de arcángel, una trompeta, que él vendrá en las nubes del cielo y que con él vendrá todos aquellos que han muerto confiando en Jesucristo y que vendrá en las nubes, cuando oigamos esa trompeta en un abrir y cerrar de ojos, en menos de un segundo tu cuerpo mortal, tu cuerpo físico será transformado para tener un cuerpo como el del Señor Jesucristo, un cuerpo glorioso, un cuerpo que no tiene hambre ni se enferma, un cuerpo que no tiene limitaciones de espacio, un cuerpo que no conoce el dolor ni la debilidad, un cuerpo que no conoce heridas, a excepción de las heridas que habrán en el cielo que son las del Señor Jesucristo, ese cuerpo se te dará en un abrir y cerrar de ojos y cuando sientas estarás en las nubes del cielo frente al Señor Jesús, junto a los ángeles de gloria y al lado de todas aquellas personas que han muerto  en Cristo Jesús y todos juntos estaremos para siempre con él, él pondrá sus pies en esta tierra y todo ojo le verá, dice la Escritura que el solo resplandor de su venida habrá de aniquilar al anticristo y es en ese momento habrá de instaurar su reino para siempre y duradero aquí en la Tierra, él habrá de recompensarte todo lo bueno que hayas hecho aquí en la Tierra, te dirá:  “Bien hecho, buen siervo fiel, en lo poco fuiste fiel sobre mucho te pondré, entra en el gozo de tu Señor” entonces empezará un reino en el que dice la Palabra que el león estará al lado de un cordero y ambos serán pastoreados juntos, no habrá más pobreza ni llanto, no habrá más obscuridad el Señor será la luz, esa es la esperanza que todos tenemos por delante y así como un día volteaste a ver a la cruz y le dijiste “Señor soy pecador ten misericordia de mí” hoy puedes voltear a ver a los cielos y decir “Señor soy tu hijo te estoy esperando para que me lleves a casa.
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cielos abiertos para ti

 
Las promesas del Señor son eternas y grandiosas. Él no hace remodelaciones, sino que hace cosas nuevas, diferentes y mejores. Por eso, cuando decidimos entregarle nuestro corazón, decimos que nacemos de nuevo, porque somos formados otra vez, según Su propósito. Por supuesto que no es posible salir otra vez del vientre de nuestra madre, pero es casi como eso, porque nuestro pensamiento, espíritu y corazón cambian tan radicalmente que pareciera que somos otra persona. Incluso rejuvenecemos porque hay tanta esperanza al ver la vida desde otra perspectiva que nos llenamos de vitalidad y de proyectos. Justo eso es lo que el Señor promete cuando dice que saldrá la luz, se abrirán nuevos caminos y ríos1.
Es necesario comprender esto para apreciar y aprovechar en toda su dimensión aquello que Dios nos ofrece: ver cielos abiertos a la posibilidad de hacer realidad aquello que Él desea, es decir, desarrollar todo nuestro potencial para alcanzar grandes conquistas. Pero todo es cuestión de que nos dispongamos a aprender de Su Palabra para abrir los ojos de la fe y descubrir esa nueva perspectiva que nos enfrenta a la realidad y nos reta a buscar cada vez algo mejor. Por ejemplo, cuando vemos un vaso con agua, si no está al tope, podemos decir que está medio lleno o que está medio vacío, no importa. Claro que algunos aconsejan decir que está medio lleno porque decir que está medio vacío implica concentrarse más en lo que no se tiene. Está bien, pero lo importante es reconocer que no está lleno y que por lo tanto, se está desperdiciando su propósito que es contener algún líquido. Lo mismo sucede con nosotros. Si no estamos desarrollando todo nuestro potencial, significa que lo estamos desperdiciando, así de sencillo. Si vamos por la vida buscando estar bien, pero sin molestarnos en lograr la excelencia, déjame decirte que no has nacido de nuevo, porque Dios no celebra la mediocridad, sino la plenitud de nuestro esfuerzo por dar el 100% de nuestra capacidad. Así que deja a un lado las excusas y decídete a ver tu vida con fe para percibir esos cielos abiertos que Él promete. ¡Acepta el reto de comenzar de nuevo!
Si entramos en la dimensión del Espíritu, nuestra verdad comienza a cambiar. La vida nueva en el Señor no está basada en la percepción natural, sino en aspirar a todo lo que nos ha prometido, que es, nada más y nada menos, que cielo nuevo y tierra nueva ahora, si te decides a aceptar tu naturaleza de pueblo escogido y linaje bendito, a quien Dios escucha y favorece2.
Levanta tus ojos al cielo, porque eso es lo que Dios quiere que hagamos. Los hombres que alcanzaron grandes proezas aprendieron a ver cielos nuevos, vieron hacia arriba. Por eso, Jesús, en el Padre Nuestro, pidió que se hiciera la voluntad de Dios en la tierra, como sucede en el cielo. Por eso, la promesa para Abraham fue que su descendencia sería tan abundante como las estrellas del cielo; por eso, Jesús inició Su ministerio luego de ser bautizado, cuando el cielo se abrió y descendió el Espíritu Santo sobre Él. Así que no bajes tu mirada, mantén tus ojos puestos en lo alto, en el Señor.
Por supuesto que tener esa actitud no significa que debemos esperar que todo caiga del cielo, sino que implica que nuestra esperanza está puesta en Dios, quien nos abrirá paso, incluso para superar las dificultades que esa nueva actitud conlleva. Porque luchar por alcanzar nuestras promesas no es fácil, pero con la ayuda del Señor, lo lograremos. Así que para mantener los cielos abiertos y nacer de nuevo, te recomiendo hacer tres cosas:
  1. Aprende a obedecer a Dios y déjate guiar por el Espíritu Santo3.
  2. Hónralo con tus diezmos y ofrendas, ya que esto te garantiza bendición sobreabundante. Hacerlo es tan importante que Dios dice que lo probemos en esto y veremos abiertas la ventanas de los cielos4. No solo debemos darle el 10% de lo que recibimos, sino que pedirle dirección para administrar bien el 90% que nos queda para que rinda y se multiplique.
  3. Confiesa solo bendición. ¡Ten cuidado con las palabras que salen de tu boca5!Elías confesó que no llovería y así fue. Luego fue difícil provocar que lloviera de nuevo, porque sabemos que cancelar una palabra negativa cuesta mucho más que recordar las palabras positivas. Cancela todo lo negativo que has dicho sobre tu vida, sobre tu familia, sobre la vida de otros.
Dios tiene algo nuevo para ti. Es posible iniciar una vida diferente a partir de una vieja historia si entiendes que hay cielos nuevos para ti. Pide perdón por cualquier acto de desobediencia que haya cerrado los cielos, honra al Señor con tus bienes y que tu boca proclame solo bendición para tu vida y para quienes te rodean. Cancela todo lo malo que hayas dicho hasta ahora. ¡No traigas a la memoria lo pasado, porque lo nuevo será hecho!
Muévete hacia delante para abrir los cielos; verás que tu familia, tu empresa y tu relación con Dios entrarán en una nueva dimensión. Declara que se acabó la mediocridad, se acabó la sequía porque la lluvia de gracia viene sobre ti y sobre tu casa. Declara que los cielos se abren sobre tu vida, que se transforma tu matrimonio, que tus hijos recibirán bendición de ahora en adelante. Tu hogar será nuevo desde los cimientos, ahora hay un diferente comienzo para ti y tu descendencia, ¡se cancela el pasado y una vida sin limitaciones inicia desde ahora, en el nombre de Jesús!
Versículos de Referencia:
1. Isaías 43:18-19 dice: No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad.
2. Isaías 65:17-25 promete: Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento. Mas os gozaréis y os alegraréis para siempre en las cosas que yo he creado; porque he aquí que yo traigo a Jerusalén alegría, y a su pueblo gozo. Y me alegraré con Jerusalén, y me gozaré con mi pueblo; y nunca más se oirán en ella voz de lloro, ni voz de clamor. No habrá más allí niño que muera de pocos días, ni viejo que sus días no cumpla; porque el niño morirá de cien años, y el pecador de cien años será maldito. Edificarán casas, y morarán en ellas; plantarán viñas, y comerán el fruto de ellas.  No edificarán para que otro habite, ni plantarán para que otro coma; porque según los días de los árboles serán los días de mi pueblo, y mis escogidos disfrutarán la obra de sus manos. No trabajarán en vano, ni darán a luz para maldición; porque son linaje de los benditos de Jehová, y sus descendientes con ellos. Y antes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído. El lobo y el cordero serán apacentados juntos, y el león comerá paja como el buey; y el polvo será el alimento de la serpiente. No afligirán, ni harán mal en todo mi santo monte, dijo Jehová.
3. Proverbios 3:1-2 enseña: Hijo mío, no te olvides de mi ley,? y  tu corazón guarde mis mandamientos; porque largura de días y años de vida?Y paz te aumentarán.
4. Malaquías 3:10 aconseja: Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.
5. Proverbios 4:24 aconseja: Aparta de ti la perversidad de la boca,?Y aleja de ti la iniquidad de los labios
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El secreto de la bendición de Dios en tu vida


2 Samuel 6:1-13 relata una historia que nos ayudará a descubrir el secreto de la bendición: David volvió a reunir a todos los escogidos de Israel, treinta mil.Y se levantó David y partió de Baala de Judá con todo el pueblo que tenía consigo, para hacer pasar de allí el arca de Dios, sobre la cual era invocado el nombre de Jehová de los ejércitos, que mora entre los querubines. Pusieron el arca de Dios sobre un carro nuevo, y la llevaron de la casa de Abinadab, que estaba en el collado; y Uza y Ahío, hijos de Abinadab, guiaban el carro nuevo. Y cuando lo llevaban de la casa de Abinadab, que estaba en el collado, con el arca de Dios, Ahío iba delante del arca. Y David y toda la casa de Israel danzaban delante de Jehová con toda clase de instrumentos de madera de haya; con arpas, salterios, panderos, flautas y címbalos. Cuando llegaron a la era de Nacón, Uza extendió su mano al arca de Dios, y la sostuvo; porque los bueyes tropezaban. Y el furor de Jehová se encendió contra Uza, y lo hirió allí Dios por aquella temeridad, y cayó allí muerto junto al arca de Dios. Y se entristeció David por haber herido Jehová a Uza, y fue llamado aquel lugar Pérez-uza, hasta hoy. Y temiendo David a Jehová aquel día, dijo: ¿Cómo ha de venir a mí el arca de Jehová? De modo que David no quiso traer para sí el arca de Jehová a la ciudad de David; y la hizo llevar David a casa de Obed-edom geteo. Y estuvo el arca de Jehová en casa de Obed-edom geteo tres meses; y bendijo Jehová a Obed-edom y a toda su casa.  Fue dado aviso al rey David, diciendo: Jehová ha bendecido la casa de Obed-edom y todo lo que tiene, a causa del arca de Dios. Entonces David fue, y llevó con alegría el arca de Dios de casa de Obed-edom a la ciudad de David. Y cuando los que llevaban el arca de Dios habían andado seis pasos, él sacrificó un buey y un carnero engordado.

Recordemos que el Arca de Dios era el lugar donde Él habitaba. En el Antiguo Testamento no era como ahora que podemos disfrutar de la presencia del Espíritu Santo en cualquier lugar donde le busquemos. Nosotros gozamos de ese privilegio porque Jesús nos lo permitió con Su sacrificio. Por eso dijo: “les conviene que yo me vaya porque dejaré a alguien que estará con ustedes todo el tiempo”. La historia nos refiere que el cofre estaba en casa de Obed-edom porque el rey David la dejó allí luego que el Señor castigó con la muerte a Uza.  Es difícil entender la razón del enojo de Dios, pero la lección es que no debemos hacer cosas malas que parezcan buenas. Ellos violaron un principio divino y llevaron el Arca sobre un carro cuando el mandato era que solamente podían llevarla los escogidos del pueblo.  Entonces vemos que este hombre, Obed-edom recibe la presencia de Dios en su casa y con ella, también recibe mucha bendición.  

Gozo que trae bendición

1 Samuel 7: 1-2 relata otra historia anterior que también nos orienta: Vinieron los de Quiriat-jearim y llevaron el arca de Jehová, y la pusieron en casa de Abinadab, situada en el collado; y santificaron a Eleazar su hijo para que guardase el arca de Jehová.  Desde el día que llegó el arca a Quiriat-jearim pasaron muchos días, veinte años; y toda la casa de Israel lamentaba en pos de Jehová.

Antes de llegar donde de Obed-edom, el Arca estuvo durante veinte años en casa de Abinadab porque los filisteos siendo enemigos, la dejaron allí luego de notar que les perjudicaba tenerla.  La diferencia entre estos dos hombres es muy grande. Obed-edom capturó y valoró la presencia de Dios en sólo tres meses, mientras Abinadab no fue capaz de  obtener bendición teniéndolo ¡durante veinte años!  Imagina que los enemigos te llevan algo muy delicado y precioso, tal vez hasta te molesta la complicación de custodiar algo tan valioso. Esa fue la actitud de Abinadab. La Escritura dice que la gente se acercaba lamentándose, adoraba a otros dioses y cuando las cosas iban mal, se acercaban a Dios pidiendo misericordia. Muchas veces nos sucede lo mismo, cometemos errores y nos acercamos al Señor para que nos haga el milagro de salvarnos el pellejo pero lo hacemos con lamentos y tristeza, justo de la forma que le desagrada. Nuestra desobediencia y mala actitud no traerán la bendición de Dios. Cuando un niño pequeño se lastima, busca a su madre para que lo consuele y lo que ella le dice es: “hijo, tranquilízate, deja de llorar y dime qué te sucedió”. Así pasa también con nosotros cuando nos acercamos a Dios con tristeza y depresión. No te lamentes, búscale con gozo a pesar de las dificultades. Esa es la actitud que le agrada.

Su presencia:


Recibir las bendiciones es cosechar el fruto de lo que has sembrado. Busca a Dios, recíbelo, dale Su lugar, sírvelo y recibirás bendición. David no se atrevió a continuar con el transporte del Arca, seguro tenía algún pecado que ocultar y buscó a la persona ideal para encomendársela. Quería la bendición pero igual que nosotros, no se sentía digno de pedirla y evitaba Su presencia por vergüenza. Si queremos ser bendecidos primero debemos buscarle a Él.  Obed-edom actúo muy diferente a Abinadab, nunca se lamentó, por el contrario acomodó el Arca, llamó a su familia y les compartió la gran bendición que representaba gozar de la presencia de Dios. Nunca preguntó qué obtendría a cambio, si le pagarían por resguardar el tesoro más valioso del mundo. Nuestra intención al acercarnos a Dios debe ser buscarle y encontrarle, pasar tiempo con Él, no esperar algo a cambio, aunque la sanidad, prosperidad y gozo llegan por añadidura.

Su presencia es importante y quiere ser evidente. El Espíritu Santo es más real que nosotros mismos. Ya existía antes de la creación del mundo y  ahora solamente necesita que le des un espacito para entrar en tu vida. El secreto de la bendición es que anheles y disfrutes de Su presencia, que Él sea el centro de tu alegría, no lo que pueda darte, aunque luego, todo viene porque dijo: “mío es el oro y la plata”. 

Si la bendición tarda es porque hay algo en nuestro corazón que no está bien respecto a Su presencia. Él no quiere que te acerques solamente cuando le necesitas, desea que lo busques siempre por el anhelo de encontrarlo y tenerlo junto a ti.  Una esposa se sentiría utilizada si su esposo la busca solamente cuando tiene hambre, por el contrario, le servirá gozosa si el marido constantemente la  llama, le dice que la quiere y se interesa por ella. No te acerques sólo por la bendición sino por buscarle a Él.

Para saber cuánto le anhelas, revisa la cantidad de tiempo que dedicas a hablarle y no sólo para recordarle que te ayude a pagar la planilla y darle de comer a tu familia. Tu vida cambia completamente cuando  tienes un encuentro con el Espíritu Santo y permites que se quede a tu lado. Busca tener una buena comunión con Él.  Qué sabroso es tenerlo a la par cuando tomamos el cafecito de la mañana y hojeamos el periódico. Si cambias de actitud, seguramente tu oración también cambiará  y la disfrutarás en adoración.

La bendición nunca se agota si es el Espíritu Santo quien nos la da y no somos nosotros quienes se la pedimos. Generalmente nos quedamos cortos en nuestras oraciones de petición porque Él es más grande de lo que podamos pedir y esperar, aquel que es poderoso para darnos más sobreabundantemente de lo que pensamos. Nos acercamos buscándole las manos cuando deberíamos levantar la mirada para ver Sus ojos, conocer Su corazón y comprender lo que realmente quiere darte.

Abinadab significa “mi padre es noble, generoso. Padre de una promesa, alguien dispuesto o voluntario”. No basta con tener las promesas, Dios honrará Su Palabra pero no debes buscarle con lloros, lamentos y reclamando como sucedió en casa de Abinadab durante 20 años. Su presencia no está donde hay tristeza y llanto. El nombre Uza significa “esfuerzo propio” y nos enseña que con nuestras fuerzas no es como obtendremos bendición. Obed-edom significa  “está sirviendo”, es decir, la actitud correcta para ser bendecido y cautivado por Su presencia.

La bendición:

1Crónicas 15:21 nos habla de cómo este hombre siempre estaba dispuesto en alabanza: Matatías, Elifelehu, Micnías, Obed-edom, Jeiel y Azazías tenían arpas afinadas en la octava para dirigir.

1 Crónicas 15: 25 nos muestra que era servidor del Señor: David, pues, y los ancianos de Israel y los capitanes de millares, fueron a traer el arca del pacto de Jehová, de casa de Obed-edom, con alegría.

Estaba en la jugada todo el tiempo, sirviendo con esa pasión de anhelar al Señor sin importar lo que tuviera que hacer. Búscale a toda hora, no encuentres escusas para faltar al templo los domingos y leer Su Palabra diariamente. No hay cansancio que supere a Su amor.

1 Crónicas 16: 37- 39 nos relata sobre el ejemplo que le dio a su familia: Y dejó allí, delante del arca del pacto de Jehová, a Asaf y a sus hermanos, para que ministrasen de continuo delante del arca, cada cosa en su día; y a Obed-edom y a sus sesenta y ocho hermanos; y a Obed-edom hijo de Jedutún y a Hosa como porteros. Asimismo al sacerdote Sadoc, y a los sacerdotes sus hermanos, delante del tabernáculo de Jehová en el lugar alto que estaba en Gabaón.

Obed-edom  inspiró a sus 68 hermanos para servir en el templo. No se le pasaba una oportunidad para agradar a Dios, como decimos ahora, ¡compraba todos los números para ganarse la lotería! Tenía esa pasión que se traduce en servicio a Dios y a la congregación. A veces buscas las bendiciones materiales sin darte cuenta que tu familia es la mejor bendición de todas y lo mejor que puedes hacer es inspirarlos para amar a Dios y servirlo.

1 Crónicas 26:4-8 habla sobre los hijos a los que inspiró: Los hijos de Obed-edom: Semaías el primogénito, Jozabad el segundo, Joa el tercero, el cuarto Sacar, el quinto Natanael, el sexto Amiel, el séptimo Isacar, el octavo Peultai; porque Dios había bendecido a Obed-edom. También de Semaías su hijo nacieron hijos que fueron señores sobre la casa de sus padres; porque eran varones valerosos y esforzados.  Los hijos de Semaías: Otni, Rafael, Obed, Elzabad, y sus hermanos, hombres esforzados; asimismo Eliú y Samaquías. Todos éstos de los hijos de Obed-edom; ellos con sus hijos y sus hermanos, hombres robustos y fuertes para el servicio; sesenta y dos, de Obed-edom.

1 Crónicas 26:15 continúa hablando sobre ellos: Y para Obed-edom la puerta del sur, y a sus hijos la casa de provisiones del templo.

Este era un hombre que deseaba estar donde estaba el Señor, siempre a la puerta del templo, limpiando, guardando y cuidando. Su actitud nos cuestiona sobre lo que hacemos por  servir a Dios que no tiene la obligación de bendecirte solamente porque tú lo quieres así.  ¿Asistes al  grupo y a la academia, abres las puertas de tu casa para un grupo de oración, prestas tu carro para que vayan a orar  por algún enfermo?  No pierdas oportunidad para hacerte merecedor de la bendición. Que no te importe ser criticado, no ser reconocido o ser despreciado. Buscar Su presencia es suficiente para que bendiga a tu familia y nada te falte.

Al final de tu vida, cuando te llame a Su lado, podrás irte satisfecho porque sabes que tu familia le sirve y está en Sus caminos. Nada te llevarás, ni el dinero, ni la casa, ni el carro, solamente el gozo de dar ejemplo de servicio y entrega por Su nombre. Las habilidades, dones y bienes de Obed-edom estaban a disposición del Señor.  Ahora entiendo porqué David estaba convencido de que este hombre fiel era el indicado para recibir el Arca en su casa.  Ojalá puedan decir que tu hogar es el mejor lugar para que Dios habite porque le anhelas y sirves con pasión. El secreto de la bendición es que ames la presencia de Dios con todo tu corazón, te entregues e inspires a tu familia a imitarte en la dedicación hacia Él. De esa forma te aseguras pasar la eternidad con quien conoces y te hace sentir cómodo porque son íntimos amigos.

Se necesitan más que promesas para recibir bendición. Es necesario tener buena actitud, disposición de servicio y entrega para que Dios se sienta cómodo contigo. Debes actuar con tu Padre Celestial como esos hijos cariñosos y consentidores que besan, abrazan y honran a sus padres quienes no pueden negarles nada ante tales expresiones de amor. Pido al Espíritu Santo que te haga reflexionar y te muestre la satisfacción de pasar tiempo a Su lado. Dios quiere estar contigo, búscale y disfruta la comunión con Él. Enamórate de Su presencia porque lo demás viene por añadidura.  

 
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El propósito de Dios en ti

En Juan 10:7-18, Jesús explica a los judíos que un buen pastor, que cuando sus ovejas oyen su voz le conocen y lo siguen.
Aquí podemos ver que Las ovejas no siguen al pastor porque lo ven, ellas lo siguen porque escucharon su voz y le reconocieron.
Todo aquel que quiere servir a Dios por lo que ve, nunca se mantiene firme.  Esto no es tan solo un principio en el mundo espiritual, sino también en nuestro diario vivir, en nuestras relaciones.
Los hermanos de José le dicen a su padre que había muerto, Jacob, que siempre soñó y hasta luchó con el ángel para ser bendecido, en ese día de la mala noticia, dejó de soñar.  Por 13 años vivió frustrado con angustia en su corazón, y todo por una mentira.
Jacob no creyó cuando le dan la noticia que su hijo José estaba vivo, es porque el sonido de los hijos era el mismo sonido que cuando le dijeron la mentira.  Esto nos enseña que puedes cambiar las palabras, pero el sonido se queda igual.  Todos sabemos cuando alguien nos habla hipócritamente.  Te puede decir los “buenos días”, pero por el sonido de su voz tú sabes que no es lo que desean.
Pero, cuando Jacob escucha las palabras que su hijo José le había mandado a decir, su espíritu cobra ánimo y cree, porque de un soñador a otro sonador, se entienden.  El sonido de las palabras de José era muy diferente al de sus hermanos.
Los hermanos de David se encontraban en la guerra y David les fue a llevar comida.  Por 40 días el gigante Goliat, tenía amedrentado al ejército.  David, quien ya había sido ungido para ser rey, llega ante sus hermanos y escucha a Goliat vociferando, y escucha la recompensa que daba el rey Saúl a aquel que derrotara a Goliat.  Entonces, salió a pelear contra Goliat, y esto porque escucho lo que el rey decía y despertó el rey que había en su interior.  De un rey a un rey se entienden.  El sonido es familiar, es el mismo.
A Jesús le sucedió varias veces que hablaba y no le entendían.  Aún sus discípulos no le entendían.  Si no entendían a Jesús, ¿por qué le seguían?  Porque el sonido de su voz despertaba en ellos algo diferente.
Para Dios dirigirte no necesita despertar tu mente, sino despertar tu corazón.  Que puedas oír un sonido diferente, un sonido especial en tu vida que, aunque tu mente no lo reciba, ni lo entienda, tu corazón lo reciba y despierte en ti el deseo de seguirle.

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