Tienes que creer
En Éxodo 34, Jehová dijo a Moisés que
escribiera las palabras del pacto: Los diez mandamientos. Al descender
del monte aquellos eran los mismos diez
mandamientos que Dios le dio en la primera ocasión. Cuando Moisés bajó
del monte cada vez que Moisés quería decirle al
pueblo lo que Dios había dicho, mostraba el rostro para que el pueblo
recibiera las palabras
A través de la historia, podemos ver que hay personas que tienen
creencias extremistas. Están aquellos que creen que todo es Dios, por
ejemplo un árbol, un animal, etc. Hay otros que es todo lo opuesto,
nada es Dios. Están aquellos que creen que Dios controla todo, y
aquellos que creen que Dios tiene el control de nada. También hay
personas que creen en la suerte y otros en el destino. No podemos vivir
en estos extremos. Debemos buscar el equilibrio y ver cómo entrar en la
providencia de Dios en nuestras vidas.
Moisés, se encuentra en conflicto por
el lugar donde se encuentra y para donde Dios lo quiere llevar.
Regresar a Egipto significaba regresar a su pasado, pero para Dios
significaba llevarlo al lugar donde siempre debió estar.
La primera excusa que dice Moisés a Dios
es, no me van a creer. Esto sucede a muchos cristianos que Dios les
llama, y se preocupan por lo que van a pensar de ellos. La prueba más
grande de que Dios te ha llamado, es tu propia vida, tu propia
experiencia. Moisés, un hombre libertado de Egipto, guardado de la
muerte y bendecido, era la mayor prueba de su llamado a hacer algo
grande. Hay quienes creen que Dios no ha estado en las experiencias de
sus vidas, y toman estas experiencias como la descualificación del
llamado, de lo nuevo que Dios tiene para ti y todo lo que en el creen
Comentanos y asi podra disfrutar de cada mensaje que se publica en este lugar y asi la palabra podra llegar a todos los lugares que tu y yo tenemos que llevar!
vivir poniendo la mirada en Dios
La
naturaleza no cumplió su ciclo de vida, porque dice que no había fruto.
Y esta persona que escribe esto estaba esperando eso, porque
significaba algo que iba a generar una riqueza sobre su vida. Pero la
situación no quedó ahí.
Había corrales, pero vacíos; por alguna razón no
estaban ocupados. Este hombre está describiendo una situación de
adversidad que a los seres humanos en algún momento nos toca vivir. El
puso su mirada en Dios, pero sabía que debía de acompañar su fe de una
actitud muy poderosa. Era un hombre que vivía un momento de adversidad
muy duro, donde ni la naturaleza había correspondido.
Hace
tiempo, en una porción de tierra que teníamos con mi familia, sembramos
cebolla y otras cosas. ¿Y sabe qué pasó? No llovió lo suficiente, y
mucha de esa cosecha se perdió y perdí dinero. Oré por lluvia y le creí a
Dios por ella. Agarré los ahorros que tenía para mi boda para hacerlo,
porque sabía que iba haber una respuesta de la naturaleza y con eso iba a
fructificar, pero no obtuve el fruto que esperaba y perdí dinero.
Entonces, entendí que a pesar de esa situación, tenía que haber en mi
corazón una actitud correcta ante la adversidad. Sin embargo, hubo una
respuesta de parte de Dios para mi vida.
Y a pesar de la adversidad,
pude entender que Dios estaba conmigo y mientras El esté conmigo,
mientras yo siga confiando en su promesa, mientras yo siga dependiendo
que El tiene el control de todo, estoy convencido que siempre vendrá una
respuesta de Dios. Y eso me sostiene. ¿Y sabe qué paso? Sí me casé
y lo hice mejor que si hubiera obtenido el fruto que deseaba. Y fue
porque en ese momento, aprendí a depender de Dios, le dije que yo había
hecho mi parte y ahora sólo quedaba esperar en El. Gasté todos los
recursos que tenía, y de ahí en adelante sólo quedaba la fe. Para Dios
no hay nada imposible.
Me
gusta hablar del reino de Dios y cómo opera. Este demanda cosas de
nosotros. Mientras conozca más de Dios, va a seguir siendo renovada a
otro estado de vida. Me interesa que los hijos de Dios vivamos una vida
plena dentro del reino, que sepamos cómo funciona. Usted es un ser
espiritual, a usted lo conocen en la tierra y en el cielo; de ustedes se
habla en el cielo y en la tierra. El diablo lo conoce a usted, sabe
dónde vive, qué hace, conoce las obras de fe que usted tiene, conoce sus
debilidades también, pero ahora no me interesa hablarle de eso. Lo que
me interesa saber es cómo puedo ser efectivo en el reino de Dios. Todos
necesitamos que el Reino funcione siempre sobre nuestras vidas. Por eso,
Jesús cuando les enseñó a orar, les dijo que pidieran porque se hiciera
la voluntad del cielo en la tierra. Debe ser una persona que sea capaz
de generar lo que se hace en el cielo, aquí en la tierra.
Me interesa
que llueva sobre su vida todo aquello que en el cielo existe. Que usted
salpique a otros, que en su casa haya bendición, seguridad, fe, un hogar
estable. Me interesa que digan sus hijos: “Quisiera volver a nacer de
los papás que tengo, porque me han instruido dentro del Reino”. “Me
gustan esos padres, porque a pesar de las circunstancias, siempre están
unidos. Me interesa que vivan felices, con todo y la adversidad que hay
en la tierra.
Quiero hablarle de dos cosas muy importantes, dos actitudes que tienen que ver mucho dentro del reino de Dios.
Lucas 18:9-13 A
unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los
otros, dijo también esta parábola: Dos hombres subieron al templo a
orar: uno era fariseo, y el otro publicano. El fariseo, puesto en pie,
oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy
como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este
publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.
Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al
cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí,
pecador. Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el
otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se
humilla será enaltecido.
Jesús
identificó a dos tipos de personas dentro de la multitud. Uno llegó
diciendo todo lo que hacía. Lo que el fariseo hacía era bueno, ayudaba,
daba su diezmo. Sin embargo, llegó a justificarse delante de Dios, y eso
es una pésima manera de acercarse a El. Eso casi nunca sirve. Este
hombre quiso justificarse de esta manera. Pero vino el otro hombre que
pidió misericordia, que no se creía digno. Y éste recibió antes una
respuesta del Padre antes que el otro.
Citó
esta parábola porque quería hablar de algo muy poderoso que quiere
salir del corazón del hombre; algo que ciertos corazones lo confunden,
habla acerca de la humildad y aquí hay un principio.
Dice
que dijo que cualquiera que se enaltece, será humillado y el que se
humille será exaltado. Le quiero pedir favor que cada vez que llegue un
momento de humillación a su vida, primero examine si antes de eso no
vino una altivez de su parte. Pero sino fue así, es porque viene después
la exaltación.
Mateo 11:20 Esto se vuelve muy importante porque también encontré
que en cierta ocasión, llegó a un lugar donde no encontró buena parte
de la humildad que mueve el corazón de Dios. El orgullo también mueve el
corazón de Dios, sólo que la respuesta es diferente. A mí me interesa
llegar a un punto de cómo identificar qué es ser manso y humilde de
corazón. Se nos dice “Manso, pero no menso; no te dejes”. Como que
fuimos programados a reaccionar siempre de una manera incorrecta. Todo
ser humano debe reaccionar siempre, pero la forma en que lo hace depende
de los valores que lleva dentro. ¿Qué beneficio va a recibir? ¿Tiene
poder el ser humilde? Se lo voy a mostrar. Pero veamos qué fue lo que
pasó cuando Dios encontró una ciudad ajena a esto.
Entonces
comenzó a reconvenir a las ciudades en las cuales había hecho muchos de
sus milagros, porque no se habían arrepentido, diciendo: !!Ay de ti,
Corazín! !!Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran
hecho los milagros que han sido hechos en vosotras, tiempo ha que se
hubieran arrepentido en cilicio y en ceniza.
Por
tanto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo
para Tiro y para Sidón, que para vosotras. Y tú, Capernaum, que eres
levantada hasta el cielo, hasta el Hades serás abatida;
porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que han sido hechos
en ti, habría permanecido hasta el día de hoy. Por tanto os digo que en
el día del juicio, será más tolerable el castigo para la tierra de
Sodoma, que para ti. En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te
alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas
cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños.
Sí, Padre, porque así te agradó. Todas las cosas me fueron entregadas
por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce
alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar. Venid a
mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
La
mansedumbre y la humildad era todo aquello que a aquellas ciudades les
hacía falta, porque ellos se creían muy sabios y entendidos. Ahora
pregunto: ¿La sabiduría es mala? ¿El ser entendido o muy inteligente es
malo? Pero se vuelve una de las razones por las cuales el corazón se
enorgullece. La historia comienza cuando viene Jesús y hace mención de
todo lo que Dios había hecho por esas ciudades. Dice que empezó trayendo
un bien, manifestando su poder. Ahora, ¿qué hace Dios manifestando el
poder en medio de una ciudad donde hay muchos sabios y entendidos? ¿Cree
que con sabiduría puedo yo hacer un milagro? ¿Mientras más sabio soy,
más milagros de sanidad puedo hacer? ¿Tiene que ver una cosa con la
otra? Entonces, ¿por qué Dios empezó a hacer milagros? Porque ni la
sabiduría sirve para eso. El ser sabio sirve para tomar decisiones. Dios
comenzó con una visitación. El problema es que cuando llega una persona
muy sabia, llega el momento en que deja de reconocer en su corazón que
sólo Dios puede hacer eso. Trayéndoles un bien, lo menospreciaron.
Aquí
viene el primer principio: ¡Qué bueno que usted tiene muchas
capacidades, habilidades! Desarróllelas, crezca y vuélvase grande, pero
nunca deje que su corazón empiece a menospreciar las manifestaciones que
El tiene para sus hijos. Porque el menospreciar la visitación de Dios
sólo provoca que la ira de Dios se encienda. El comenzó haciéndoles un
bien, y terminó condenándolos. Nunca deje que su corazón se llene de
vanagloria al punto de menospreciar lo que Dios ha hecho.
El
día que empecemos a ser malagradecidos, en ese momento dejamos de
obtener la bendición de Dios. Porque así como hay gente que lo provoca
para bendición, también hay gente que lo provoca para ira.
La
mansedumbre y humildad abre la oportunidad de abrir descanso para su
alma. Tengo que encontrar el verdadero sentido de la humildad. Esta es
la virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y
debilidades y de todos modos, obrar de acuerdo a este conocimiento.
Busqué qué era mansedumbre y encontré algo muy profundo: actitud de
manso; que se deja dirigir para poder ser guía de otros.
Eclesiastés 10:4 Si el espíritu del príncipe se exaltare contra ti, no dejes tu lugar; porque la mansedumbre hará cesar grandes ofensas.
Ahí
empezamos a reconocer qué es una persona de un corazón manso y humilde.
Quiero tocar estas dos palabras porque sé lo que va a lograr cuando sea
una virtud que mantenga todo el tiempo en su vida. Porque mientras me
escucha, todos parecen personas mansas y humildes, pero basta que
alguien encienda el enojo, la ira, la desesperación, cómo es que usted
reacciona, porque la humildad tiene el poder de abrirle puertas, el
orgullo se las cierra. La humildad tiene el poder de hacerlo llegar
delante de Dios, el orgullo hace que El se aleje de usted.
Tito 3:1-2 Recuérdales
que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que
estén dispuestos a toda buena obra. Que a nadie difamen, que no sean
pendencieros, sino amables, mostrando toda mansedumbre para con todos
los hombres.
Cuando
leí esta parte, encontré que una de las virtudes del manso y humilde,
es el que sabe seguir instrucciones y corresponder a la dirección que se
le dé. Es esa persona que siempre está dispuesta a hacer lo que le
piden, no importando cómo se lo pidan ni cuándo;
no importando lo que tenga que dejar de hacer para cumplirlo. Toda
persona que se quiera ejercitar en eso es la que logra ser mansa y
humilde para con los que ve, y seguramente, podrá serlo para con el que
no ve. El ejercicio es cuando usted puede ser manso y humilde para con
sus papás o su jefe. El problema es que estos valores se van perdiendo
mientras nuestro ego toma el control de nuestro corazón y éstos
desaparecen. Puede llegar el momento que Dios nos cierra las puertas
donde necesitamos que las abra.
I Pedro 3:10 Porque:
El que quiere amar la vida Y ver días buenos, Refrene su lengua de mal,
Y sus labios no hablen engaño; Apártese del mal, y haga el bien; Busque
la paz, y sígala. Porque los ojos del Señor están sobre los justos, Y sus oídos atentos a sus oraciones;
Quiere
decir que usted tiene la capacidad de llamar la atención de Dios cuando
comienza en el verso 10 a hacer lo que El dice, y sus oídos atentos a
sus oraciones. Dios escucha todo, sí; pero no responde igual a unos que a
otros. En este momento, Dios está oyendo lo que estoy diciendo. Pero El
no le va a responder igual a usted que a los que no están hoy aquí. El
está observando la actitud con la cual nos desenvolvemos en la vida y
eso vale para que Dios atienda nuestras suplicas.
Porque
los ojos del Señor están sobre los justos, Y sus oídos atentos a sus
oraciones; Pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el
mal. ¿Y quién es aquel que os podrá hacer daño, si vosotros seguís el
bien? Mas también si alguna cosa padecéis por causa de la justicia,
bienaventurados sois. Por tanto, no os amedrentéis por temor de ellos,
ni os conturbéis, sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y
estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y
reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en
vosotros;
Quise
leer esta parte, porque mansedumbre no es quedarse callado aguantando
lo que le están tirando a uno. Mansedumbre es aprender a responder, es
tener respuestas correctas en el momento preciso. Es tomar dominio sobre
nuestro ego, nuestro orgullo y presentar una respuesta correcta en el
momento preciso. No es quedarse callado. Eso se llama mudez, porque no
habló. Se denota en la forma en que usted arregla las cosas, en que
llega a resolver los asuntos de su vida; se nota cuando en medio de un
conflicto conyugal, siempre tiene las palabras correctas para corregir
lo que hay que corregir. Mansedumbre no es responder o tener una
respuesta ofensiva en el momento de un conflicto. La mansedumbre y
humildad abre puertas, el orgullo las cierra. ¿Se necesita humildad para
perdonar? ¿Para cuando dicen algo que no es cierto de usted? ¿Se
necesita mansedumbre para tratar con el jefe?
Si
no tiene mansedumbre, no va a poder dirigir. Trate de dirigir a alguno
que no sea manso. ¿Cómo pretende uno trabajar en un lugar donde no se
dejan dirigir, donde no le pueden decir cómo hacer las cosas? La persona
que no se deja dirigir es porque piensa que la está menospreciando y no
es así.
Salmo 25:9 Encaminará a los humildes por el juicio, Y enseñará a los mansos su carrera.
Una persona con humildad y mansedumbre, se va a dejar dirigir por Dios, sabe cómo Dios lo va a establecer.
Salmo 138:6 Porque Jehová es excelso, y atiende al humilde, Mas al altivo mira de lejos.
Isaías 57:15 Porque
así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre
es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y
humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y
para vivificar el corazón de los quebrantados.
En
la Biblia se marcan todos aquellos hombres que con el orgullo lo
llevaron a la perdición. La humildad tiene el poder de abrirle puertas. Y
la más importante que se puede abrir en la vida es la del trono de
Dios. Para transformar de un corazón orgulloso a un humilde, hay un
proceso. Le voy a contar la historia de un hombre que fue pasado por el
horno para crear dentro de él un corazón con humildad, un corazón manso
para ser posicionado donde pudiera soportar cualquier cosa. Uno de los
riesgos más grandes es cuando el corazón se enorgullece. Dios le recalcó
a su pueblo: “no te olvides de donde te saqué”. Tuvieron que pasar un
proceso donde el corazón tenía que ser probado, sólo así estuvieron
listos para conquistar una tierra, porque el corazón necesitaba un nivel
diferente.
El
corazón suyo tiene mucho poder para hallar gracia o para que Dios lo
vea de lejos. Tiene la capacidad de volvernos personas que todo el
tiempo estamos buscando que nadie se aproveche de nosotros. No estoy
hablando de gente que hace con nosotros lo que quiere, sino de personas
que se saben comportar y tienen las palabras correctas para que sepan
responder en el momento adecuado. Estoy diciendo que guarde su corazón y
sepa responder. Porque mientras la humildad y mansedumbre reinen en su
corazón, siempre va a tener una palabra adecuada para responder y va a
ganar cualquier conflicto que se le presente. Imite la actitud de Jesús;
a José que a pesar de la adversidad, pudo mantenerse de una forma
correcta, porque supo que estaba siendo preparado para un momento de
exaltación. Hay cosas que no han llegado a nuestra vida porque no hemos
permitido que la humildad se quede.
Nosotros
hace un tiempo nos quedamos sin casa, sin carro, con una deuda de más
de un millón de quetzales, perdimos la casa, la tierra que teníamos, una
finca. Una crisis total, casi nos perdemos como familia, ese fue
nuestro desierto, pero El nos sacó de ahí. Eso fue muy difícil para
nosotros, fue nuestro desierto. Y escuche lo que nos pasó: El nos sacó
de ahí, nos prosperó y llegó el día de estrenar nuestra casa, nuestro
carro. Primera vez que podíamos subirnos a un carro con 0 km, y como que
me empezó a cautivar dentro del corazón. Esas cosas en ese tiempo
cambiaron mi corazón y yo era en la calle esa típica persona que por
andar en carro nuevo, todos los demás se tenían que hacerse a un lado.
Yo llegué, le entregué las llaves a mi papá y le dije: “Aquí están, no
lo voy a usar”, porque yo sabía lo que eso había provocado en mí. La
grandeza no es mala, es peligrosa para tener los valores correctos
dentro del corazón. Cuesta tanto llegar hasta ahí, y se pierde tan
fácil. Yo me despojé de eso.
Es
necesaria la adversidad para mantener un corazón manso y humilde. La
adversidad sólo es una preparación y de ahí, van a surgir los valores
que nos mantendrán. Dios puede exaltar a aquellos corazones que sabe
cómo van a reaccionar en las alturas.
Esta
es una prédica que usted se va a recordar de mí durante los próximos
días. Porque cuando empiece el momento en que traten con su corazón,
cuando ya lo premiaron, cuando ya esté en alto, se va a recordar de mí. Y
espero que ese recuerdo le sirva para alcanzar un logro más, no para
retroceder. Dios quiere exponerlo a usted y quiere manifestar a través
de sus hijos que hay un carácter cuando logran algo.
Esta
es una enseñanza que se pone en práctica cada vez que venga la
adversidad. Cuando lo logre vencer, va a ser un hijo que sabrá para qué
viene la adversidad en el reino.
“Padre, te pido que los guíes, que los ayudes, que cada vez que logren algo, las virtudes nazcan en corazón, que no haya nadie capaz de cautivarlos más que la mansedumbre y humildad que debe reinar en sus corazones”
La presencia de Dios
Satanás le teme a los hombres que saben hablar con Dios, porque
tienen influencia y logran prodigios. Al entrar en la dimensión
sobrenatural de la oración, adquieres fuerza y poder para luchar contra
el enemigo y hacer a un lado sus mentiras. Así sucedía con los hombres
de los que habla la Biblia. Ellos no eran perfectos, al contrario,
muchos tenían terribles defectos, pero sabían habla con Dios y obtenían
poderosos resultados. Por ejemplo, Elías hizo que descendiera fuego del
cielo; Moisés tenía la potestad para detener las plagas en Egipto, y
Daniel salió ileso del foso de los leones. La oración es poderosa para
defendernos de ataques y también para impulsarnos a lograr nuestros
sueños. Incluso en medio de la adversidad nos da fortaleza, como a Job,
quien perdió todo en un día, sin embargo, oró y al final fue
restablecido con más de lo que tenía. Acércate al Señor con fe y verás
resultados impactantes.
Durante la consagración del templo, Salomón oró y la presencia de Dios los llenó2. En ese momento hubo oración, ofrendas. Ante tales elementos, tu oración no dejará de ser escuchada. Si alguien se acerca a ti con un regalo, inmediatamente le pones atención. Lo mismo sucede con Dios a quien podemos honrar con ofrenda para llamar Su atención. ¿Verdad que la forma afecta? Si tu hijo llega a exigirte, cuesta que le des lo que te pide, pero si se acerca con cariño, cuesta negarse a lo que quiere. Jesús sabía esto, por eso, nos enseñó varios elementos que favorecen nuestra oración.
El primer elemento para orar es que lo hagamos a solas, en la intimidad de nuestra habitación. El segundo elemento es usar pocas, pero efectivas palabras. El tercer elemento es la humildad; y el cuarto elemento es pedir, aunque el Señor ya sabe lo que necesitamos3. Estos cuatro elementos son importantes, aunque la humildad es determinante. Ser humildes implica ser sinceros, sin dobleces ni mentiras porque Dios nos conoce y desea ayudarnos4.
Sobre la humildad en la oración, Jesús nos dio un ejemplo muy claro. El del fariseo y el del cobrador de impuestos que se acercaron a orar, cada uno con una actitud diferente. El fariseo hablaba de cosas correctas, pero la forma de hacerlo era incorrecta porque lo hacía con orgullo, humillando de otros. Por lo tanto, la oración solo le sirvió para condenarse. Al contrario, al cobrador de impuesto, la oración le sirvió para ser escuchado y perdonado, por su actitud humilde5. Una de las grandes mentiras de Satanás es que si pecamos no podemos orar, pero no es así. Debemos acercarnos con fe en que Dios puede perdonarnos; entonces nuestra oración se vuelve poderosa porque tiene dos elementos importantes: humildad y arrepentimiento de pecados. Transforma tu oración con estos elementos y verás que tocarás el corazón de Dios, te escuchará y te dará respuestas. Él no busca que seas perfecto, sino que tengas un corazón quebrantado y humilde para acercarte y pedirle.
Los discípulos vieron que el secreto de Jesús era Su forma de orar, por eso, le pidieron que les enseñara. Y Él ofreció la clave para hacer una oración poderosa. A la humildad y al arrepentimiento debemos agregar la fe.
Durante la consagración del templo, Salomón oró y la presencia de Dios los llenó2. En ese momento hubo oración, ofrendas. Ante tales elementos, tu oración no dejará de ser escuchada. Si alguien se acerca a ti con un regalo, inmediatamente le pones atención. Lo mismo sucede con Dios a quien podemos honrar con ofrenda para llamar Su atención. ¿Verdad que la forma afecta? Si tu hijo llega a exigirte, cuesta que le des lo que te pide, pero si se acerca con cariño, cuesta negarse a lo que quiere. Jesús sabía esto, por eso, nos enseñó varios elementos que favorecen nuestra oración.
El primer elemento para orar es que lo hagamos a solas, en la intimidad de nuestra habitación. El segundo elemento es usar pocas, pero efectivas palabras. El tercer elemento es la humildad; y el cuarto elemento es pedir, aunque el Señor ya sabe lo que necesitamos3. Estos cuatro elementos son importantes, aunque la humildad es determinante. Ser humildes implica ser sinceros, sin dobleces ni mentiras porque Dios nos conoce y desea ayudarnos4.
Sobre la humildad en la oración, Jesús nos dio un ejemplo muy claro. El del fariseo y el del cobrador de impuestos que se acercaron a orar, cada uno con una actitud diferente. El fariseo hablaba de cosas correctas, pero la forma de hacerlo era incorrecta porque lo hacía con orgullo, humillando de otros. Por lo tanto, la oración solo le sirvió para condenarse. Al contrario, al cobrador de impuesto, la oración le sirvió para ser escuchado y perdonado, por su actitud humilde5. Una de las grandes mentiras de Satanás es que si pecamos no podemos orar, pero no es así. Debemos acercarnos con fe en que Dios puede perdonarnos; entonces nuestra oración se vuelve poderosa porque tiene dos elementos importantes: humildad y arrepentimiento de pecados. Transforma tu oración con estos elementos y verás que tocarás el corazón de Dios, te escuchará y te dará respuestas. Él no busca que seas perfecto, sino que tengas un corazón quebrantado y humilde para acercarte y pedirle.
Los discípulos vieron que el secreto de Jesús era Su forma de orar, por eso, le pidieron que les enseñara. Y Él ofreció la clave para hacer una oración poderosa. A la humildad y al arrepentimiento debemos agregar la fe.
Si te acercas llorando desconsolado, no estás demostrándole que
confías en Su amor.
Tus lágrimas no lo mueven, solo tu fe lo hace. Así
que una oración poderosa es aquella que se hace con la certeza de que Él
es omnipotente. Pide en oración, pero no con vanas palabras, sino con
humildad, confianza y arrepentimiento6. Confía, búscalo con fe y serás
atendido7.
Otro elemento importante es honrar a Dios con nuestra oración, como un hijo se acerca con respeto a su padre8. Si al arrepentimiento, humildad y fe le agregas adoración, logras ese es olor fragante digno de ser atendido. David lo logró. A pesar de ser un hombre que había cometido graves errores, al final de su vida, oró confiado en que el Señor escudriñó su corazón y haría de su descendencia una generación que le adoraría y serviría. Este hombre encontró el motivo correcto para orar, pidió por su familia y fue escuchado9.
Sé humilde, arrepiéntete de tus pecados, y demuéstrale tu fe al Señor. Entonces encontrarás el motivo correcto para orar: tu familia, tu nación, tus amigos, tus finanzas. Las oraciones poderosas generan transformación y obtienen los mejores resultados. Cree por milagros, señales y prodigios. Dile: “Padre, oramos con fe, alabando Tu nombre; declaramos que eres poderoso Rey de reyes y Señor de señores. Te pedimos que nos des la fuerza, la constancia y el ánimo para unirnos a un movimiento de oración que atenderás complacido. Gracias porque sabemos que nos responderás”.
Versículos de Referencia:
1. Santiago 4:3 dice: Y cuando piden, lo hacen mal, porque lo único que quieren es satisfacer sus malos deseos.
2. 2 Crónicas 7:1 relata: En cuanto Salomón terminó de orar, cayó fuego
del cielo y quemó por completo las ofrendas y los sacrificios. Luego,
la presencia misma de Dios llenó el templo.
3. Mateo 6:5-8 enseña: Cuando ustedes oren, no hagan como los
hipócritas. A ellos les encanta que la gente los vea orar. Por eso oran
de pie en las sinagogas y en los lugares por donde pasa mucha gente.
Pueden estar seguros de que no tendrán otra recompensa. Cuando alguno de
ustedes ore, hágalo a solas. Vaya a su cuarto, cierre la puerta y hable
allí en secreto con Dios, su Padre, pues él da lo que se le pide en
secreto. Cuando ustedes oren, no usen muchas palabras, como hacen los
que no conocen verdaderamente a Dios. Ellos creen que, porque hablan
mucho, Dios les va a hacer más caso. No los imiten, porque Dios, nuestro
Padre, sabe lo que ustedes necesitan, aun antes de que se lo pidan.
4. Santiago 4:6 advierte: En realidad, Dios nos trata con mucho más
amor, como dice la Biblia: Dios se opone a los orgullosos,?pero brinda
su ayuda a los humildes.
5. Lucas 18:10-14 enseña: Dos hombres fueron al templo a orar. Uno de
ellos era fariseo y el otro era cobrador de impuestos. Puesto de pie, el
fariseo oraba así: “Dios, te doy gracias porque no soy como los demás
hombres. Ellos son ladrones y malvados, y engañan a sus esposas con
otras mujeres. ¡Tampoco soy como ese cobrador de impuestos! Yo ayuno dos
veces por semana y te doy la décima parte de todo lo que gano.” El
cobrador de impuestos, en cambio, se quedó un poco más atrás. Ni
siquiera se atrevía a levantar la mirada hacia el cielo, sino que se
daba golpes en el pecho y decía: “¡Dios, ten compasión de mí, y
perdóname por todo lo malo que he hecho!” Cuando terminó de contar esto,
Jesús les dijo a aquellos hombres: Les aseguro que, cuando el cobrador
de impuestos regresó a su casa, Dios ya lo había perdonado; pero al
fariseo no. Porque los que se creen más importantes que los demás, son
los menos valiosos para Dios. En cambio, los más importantes para Dios
son los humildes.
6. Mateo 6:10-12 enseña: Ven y sé nuestro único rey.?Que todos los que
viven?en la tierra te obedezcan,?como te obedecen?los que están en el
cielo. Danos la comida que necesitamos hoy. Perdona el mal que
hacemos,?así como nosotros perdonamos?a los que nos hacen mal.
7. Lucas 11:9-10 explica: Por eso les digo esto: pidan a Dios y él les
dará, hablen con Dios y encontrarán lo que buscan, llámenlo y él los
atenderá. Porque el que confía en Dios recibe lo que pide, encuentra lo
que busca y, si llama, es atendido.
8. Mateo 6:9 enseña: Ustedes deben orar así: Padre nuestro?que estás en
el cielo:?Que todos reconozcan?que tú eres el verdadero Dios.
9. 1 Crónicas 17:25-27 explica: Dios mío, yo me atrevo a pedirte esto
porque tú has dicho que mis descendientes serán siempre los reyes de tu
pueblo. Tú eres Dios, y has prometido hacerme bien. Por eso te ruego que
bendigas a mis descendientes para que siempre te sirvan, porque a quien
tú bendigas le irá bien.
Éste es el Cristo
En Lucas 23:32-48
Llevaban también con él a otros dos, que eran malhechores, para ser
muertos. Y cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera, le
crucificaron allí, y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la
izquierda.
Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes.
Y
el pueblo estaba mirando; y aun los gobernantes se burlaban de él,
diciendo: A otros salvó; sálvese a sí mismo, si éste es el Cristo, el escogido
de Dios. Los soldados también le escarnecían, acercándose y
presentándole vinagre, y diciendo: Si tú eres el Rey de los judíos,
sálvate a ti mismo.
Había también sobre él un título escrito con
letras griegas, latinas y hebreas: ESTE ES EL REY DE LOS JUDÍOS.
Y uno
de los malhechores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú
eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros.
Respondiendo el
otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la
misma condenación? Nosotros, a la verdad,
justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros
hechos; mas éste ningún mal hizo.
Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí
cuando vengas en tu reino.
Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso. Cuando era como la hora sexta, hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena. Y el sol se oscureció, y el velo del
templo se rasgó por la mitad. Entonces Jesús, clamando a gran voz,
dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.
Y habiendo dicho esto,
expiró. Cuando el centurión vio lo que había acontecido, dio gloria a
Dios, diciendo: Verdaderamente este hombre era justo. Y toda la
multitud de los que estaban presentes en este espectáculo, viendo lo que
había acontecido, se volvían golpeándose el pecho.
Estaba leyendo este y
otros pasajes y vi porciones de la película de la Pasión de Cristo
porque en esta semana recordamos que Jesús dio la vida por todos
nosotros y leyendo este pasaje me llamó la atención que el Señor estaba
crucificado y mucha gente se agolpó o se reunió en ese monte para ver lo
que ellos creían era un “espectáculo” y muchos estando allí tuvieron
diferentes reacciones ante lo que estaba sucediendo en la cruz. Me puse a pensar en las costumbres y tradiciones que tenemos en la Semana Santa,
mucha gente aprovecha a ver películas de Jesús, en varios canales de
televisión suele transmitirse muchas películas en esta época, todos
miran lo que fue su crucifixión de Jesús, otros recuerdan lo que Jesús
pasó a través del vía crucis, otras personas en su manera de recordarlo
van a ver procesiones en las que a través de una imagen se muestra lo
que es la muerte de Cristo, pero todo esto podría
ser un espectáculo ante nuestros ojos, podría ser una recreación si
ninguno de nosotros tomara la reacción correcta ante la cruz de Cristo.
Quiero
que trate de volver los años y colocarse frente a la cruz, quiero que
vea a Jesús en medio de los dos ladrones y trate de ver la gente que
está alrededor, por un lado están los soldados romanos indiferentes a lo
que está pasando, sorteando la túnica de Jesús, por el otro lado vea a
los fariseos burlándose de lo que está pasando, también vea a uno de los
malhechores condenados a muerte diciéndole a Jesús “Si eres el Hijo de
Dios sálvate y sálvanos a nosotros”, también está el otro malhechor
diciendo “Este castigo para nosotros es justo, Señor acuérdate de mí
cuando vengas en tu reino”.
Cinco tipos
diferentes de personas, esos mismos tipos de personas se encuentran hoy
delante de la misma cruz de Cristo y reaccionan igual, aún hoy tenemos
gente que pareciera ser soldado romano, llegan ante la cruz viendo qué
túnica se apropia, viendo qué beneficio va a sacar. A
mí me asombra pensar cómo los romanos estaban viendo la cruz donde
Jesús los estaba salvando y aún así tienen el descaro de estar pensando
sólo en una túnica, la pregunta que te quiero hacer es: ¿Qué piensas tú
al ver la cruz de Cristo?
Hoy
sigue habiendo gente que usa la cruz de Cristo para manipular a otros
diciendo: “Si eres cristiano deberías comportarte de diferente manera”. Hay gente que para lo único que usa a Dios es de mandadero de cobros: “Señor te pido que le digas a él que me pague la deuda”. Estás ante la cruz donde él perdonó tus deudas y en esa misma cruz quieres usar a Jesucristo de cobrador.
Está el otro grupo de personas que sólo se burla, hay gente que ve lo que sucede en
el cristianismo o en Noches de Gloria y dicen que es pagado, que es
mentira y se burlan de todo lo que hacemos, otros se acercan a la
iglesia porque lo que les interesa es ver el espectáculo, las luces, la
música, la alabanza; hay otros como el malhechor de un lado de Jesús que
para lo único que usa la cruz es para manipular a Dios, este hombre le decía: “Si
de verdad eres el Cristo demuéstralo ahora bajándome la cruz” y muchos
le dicen ahora al Señor “Si de verdad eres Dios sé cómo puedes
demostrarlo al mundo – prospérame – “. Eso es tentar a Dios.
Pero también hay gente
que está hoy junto a la cruz como el ladrón del otro lado y entiende
que lo que está sucediendo es algo grandioso, algo que puede transformar
sus vidas, personas capaces de decirle “Señor, soy pecador, merezco la muerte,
pero si tu tienes misericordia de mi y me perdonas podré estar contigo
un día en el paraíso, Señor en ti confío y en ti creo”.
Te quiero hacer una pregunta más: ¿Por qué eres cristiano? ¿Por qué eres hijo de Dios? Hay quienes son cristianos porque tenían una gran necesidad y llegaron a Cristo para que
él supliera para esa necesidad, otras porque es una corriente moderna,
otras personas lo son por su familia, pero hay quienes son cristianos porque
han reconocido que son pecadores y que Jesús vino a salvar a toda la
humanidad, personas que han tenido un encuentro con la cruz de Cristo,
que han tenido de frente la crucifixión de Cristo y han ido hasta el Calvario creyendo que eso va a cambiar sus vidas, personas que pasan de las tinieblas a la luz, de la muerte eterna a
la vida eterna, personas que dejaron su pasado sepultado atrás y ahora
son nuevas criaturas, son personas que han visto la cruz y han entendido
el hecho tan maravilloso que allí ha sucedido, eso es un verdadero
cristiano.
Cosas que sucedieron en la cruz:
Colosenses 2:13-15 Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, anulando
el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era
contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando
a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente,
triunfando sobre ellos en la cruz.
Había
un acta que nos era contraria a nosotros, como abogado entiendo que
cuando alguien quiere acusarlo escribe una demanda con todos sus
crímenes y las pruebas correspondientes, el
diablo lo acuso a usted delante de Dios y presentó una demanda que
decía: “Acuso a esta persona por estos pecados y lo pruebo de la
siguiente manera…” y fue delante de Dios con pruebas y testigos, si
usted iba a juicio delante de Dios lo hubiera perdido, el diablo sabía
que si alguien pecaba tenía que morir y Dios no quería entrar a juicio
todavía porque sabía que entrábamos a juicio
íbamos a perder, en ese momento Dios dijo que necesitaba un abogado
defensor y encontró al mejor de todos y le dijo “esa acta o demanda
debes quitarla de en medio y la única manera de quitarla de en medio es
que la claves en la cruz junto contigo”. Quiero
que entienda que la Biblia dice que Jesús tomó esa acta y fue a la cruz y
la clavó quitándola de en medio de nosotros y Dios porque antes cuando
Dios hablaba con nosotros en medio estaba el acta con todas nuestras
faltas, pero Jesús la quitó.
Colosenses 1:19-20 por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud, y
por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están
en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante
la sangre de su cruz.
Muchos preguntan cómo pueden tener la paz de Dios y la única manera en la que usted puede tener la paz de Dios es teniendo paz con Dios,
si quiere tener la paz que sobrepasa todo entendimiento en la mente y
corazón debe tener primero la paz con Dios, puedes estar pasando por
tormentos, tribulaciones o aflicciones, puedes estar cargado por algo y
necesitas de la paz de Dios, esa paz costó la vida de Jesús y él está
tan interesado en dártela que mandó a Jesús a morir en la cruz por
nosotros, al morir en la cruz Jesús dijo: “Quiero que tengas paz en la
mente y corazón, una paz que siempre esté contigo, paz al despertarte,
al dormirte, paz para ir a tu trabajo esa es la voluntad de Dios y en la
cruz el consiguió la paz para ti, si estás cargado sólo voltea a ver la
cruz de Cristo, pero no la mires como un espectador, mírala como
alguien que está buscando los beneficios de ella, la paz que Dios da
guardará tus pasos, tus pensamientos y todas tus acciones porque esas es la voluntad de Dios para tu vida.
Hebreos 2: 14-15
Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él
también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al
que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre.
Cuando
Jesús murió en la cruz derrotó al diablo y con ello quiso liberarte a
ti del miedo a la muerte, en nuestras culturas se nos enseña a temer a
la muerte, asociamos la muerte a una pérdida, entonces en el
subconsciente de todos la muerte se ve como una gran pérdida
irreparable, y Jesús queriendo librarte de ese miedo que esclaviza
destruyó por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte,
por eso el Apóstol Pablo dijo “Para mi el vivir es Cristo y el morir es
ganancia”. ¿Cómo puede alguien llegar a decir que la muerte es una ganancia cuando para otros es una pérdida? El Apóstol ve la cruz y dice: “Lo que yo entiendo de la muerte fue cambiado en la cruz del Calvario, para mí ahora la muerte nada más es la manera de poder llegar al lugar donde siempre he deseado estar”. Usted puede tener familiares que han muerto y han muerto creyendo en Cristo, si ellos hoy pudieran regresar de donde están, si
pudieran salir de la tumba le dirían que no se preocupe por ellos, que
están bien, que están en el mejor lugar de todos, que están felices,
llenos de paz, que no llore por ellos sino que se alegre y goce porque
está en el lugar donde todos desean estar y es por eso que la Biblia
dice que Dios cambia el luto en gozo porque en la cruz del Calvario lo
que para nosotros era motivo de luto y de lloro se
convierte en un motivo de gratitud y alegría porque ahora podemos decir
que en Cristo Jesús tenemos salvación, entrada al cielo y vida eterna.
Una
vez escuché la historia del primer turista espacial, dice que pagó
veinticinco millones de dólares al programa espacial ruso para que lo
llevaran por una semana, no bajó en ningún lugar, sólo llegó a la
estación espacial, así que podríamos decir lo siguiente: Un pasaje a
Miami te cuesta US$500.00, un pasaje a Europa US$1,200.00, un pasaje al
espacio US$25 millones, un pasaje al cielo… no tiene precio, Jesús se lo
regaló a usted.
Este día celebramos un hecho histórico, el hecho de que Jesús está vivo, podemos ver hacia atrás y contar
la vida de grandes leyendas que ha tenido la historia, leyendas como el
Rey Arturo, Robin Hood, Tecún Umán, todos están muertos hoy, si es que
existieron; puede voltear a ver la vida de
grandes libertadores o conquistadores como George Washington, Simón
Bolívar a quienes les llamaron héroes de la patria, gente que tuvo una
conducta intachable y ejemplar, como Pedro, Pablo, San Agustín, a
quienes llamaron santos hoy todos están muertos, puede ver la vida de
aquellos que quisieron iniciar una religión o que hoy los veneran como
cabeza de religión como Mahoma, Buda o Confucio,
todos están muertos, pero Jesucristo está vivo, hoy celebramos no sólo
su historia sino también su resurrección, él está vivo y vive para
siempre.
Estamos
esperando a Nuestro Salvador, puede venir en cualquier momento, porque
así como prometió que un día iba a resucitar, también prometió que
regresaría una segunda vez, pero esta vez no relacionado con el pecado
sino regresaría para instaurar su reino, dice la Escritura que cuando él
regrese se oirá una voz de arcángel, una trompeta, que él vendrá en las
nubes del cielo y que con él vendrá todos aquellos que han muerto
confiando en Jesucristo y que vendrá en las nubes, cuando oigamos esa
trompeta en un abrir y cerrar de ojos, en menos de un segundo tu cuerpo
mortal, tu cuerpo físico será transformado para tener un cuerpo como el
del Señor Jesucristo, un cuerpo glorioso, un cuerpo que no tiene hambre
ni se enferma, un cuerpo que no tiene limitaciones de espacio, un cuerpo
que no conoce el dolor ni la debilidad, un cuerpo que no conoce
heridas, a excepción de las heridas que habrán en el cielo que son las
del Señor Jesucristo, ese cuerpo se te dará en un abrir y cerrar de ojos
y cuando sientas estarás en las nubes del cielo frente al Señor Jesús,
junto a los ángeles de gloria y al lado de todas aquellas personas que
han muerto en Cristo Jesús y todos juntos estaremos para siempre con
él, él pondrá sus pies en esta tierra y todo ojo le verá, dice la
Escritura que el solo resplandor de su venida habrá de aniquilar al
anticristo y es en ese momento habrá de instaurar su reino para siempre y
duradero aquí en la Tierra, él habrá de recompensarte todo lo bueno que
hayas hecho aquí en la Tierra, te dirá: “Bien hecho, buen siervo fiel,
en lo poco fuiste fiel sobre mucho te pondré, entra en el gozo de tu
Señor” entonces empezará un reino en el que dice la Palabra que el león
estará al lado de un cordero y ambos serán pastoreados juntos, no habrá
más pobreza ni llanto, no habrá más obscuridad el Señor será la luz, esa
es la esperanza que todos tenemos por delante y así como un día
volteaste a ver a la cruz y le dijiste “Señor soy pecador ten
misericordia de mí” hoy puedes voltear a ver a los cielos y decir “Señor
soy tu hijo te estoy esperando para que me lleves a casa.
cielos abiertos para ti
Las promesas del Señor son eternas y grandiosas. Él no hace
remodelaciones, sino que hace cosas nuevas, diferentes y mejores. Por
eso, cuando decidimos entregarle nuestro corazón, decimos que nacemos de
nuevo, porque somos formados otra vez, según Su propósito. Por supuesto
que no es posible salir otra vez del vientre de nuestra madre, pero es
casi como eso, porque nuestro pensamiento, espíritu y corazón cambian
tan radicalmente que pareciera que somos otra persona. Incluso
rejuvenecemos porque hay tanta esperanza al ver la vida desde otra
perspectiva que nos llenamos de vitalidad y de proyectos. Justo eso es
lo que el Señor promete cuando dice que saldrá la luz, se abrirán nuevos
caminos y ríos1.
Es necesario comprender esto para apreciar y aprovechar en toda su
dimensión aquello que Dios nos ofrece: ver cielos abiertos a la
posibilidad de hacer realidad aquello que Él desea, es decir,
desarrollar todo nuestro potencial para alcanzar grandes conquistas.
Pero todo es cuestión de que nos dispongamos a aprender de Su Palabra
para abrir los ojos de la fe y descubrir esa nueva perspectiva que nos
enfrenta a la realidad y nos reta a buscar cada vez algo mejor. Por
ejemplo, cuando vemos un vaso con agua, si no está al tope, podemos
decir que está medio lleno o que está medio vacío, no importa. Claro que
algunos aconsejan decir que está medio lleno porque decir que está
medio vacío implica concentrarse más en lo que no se tiene. Está bien,
pero lo importante es reconocer que no está lleno y que por lo tanto, se
está desperdiciando su propósito que es contener algún líquido. Lo
mismo sucede con nosotros. Si no estamos desarrollando todo nuestro
potencial, significa que lo estamos desperdiciando, así de sencillo. Si
vamos por la vida buscando estar bien, pero sin molestarnos en lograr la
excelencia, déjame decirte que no has nacido de nuevo, porque Dios no
celebra la mediocridad, sino la plenitud de nuestro esfuerzo por dar el
100% de nuestra capacidad. Así que deja a un lado las excusas y decídete
a ver tu vida con fe para percibir esos cielos abiertos que Él promete.
¡Acepta el reto de comenzar de nuevo!
Si entramos en la dimensión del Espíritu, nuestra verdad comienza a
cambiar. La vida nueva en el Señor no está basada en la percepción
natural, sino en aspirar a todo lo que nos ha prometido, que es, nada
más y nada menos, que cielo nuevo y tierra nueva ahora, si te decides a
aceptar tu naturaleza de pueblo escogido y linaje bendito, a quien Dios
escucha y favorece2.
Levanta tus ojos al cielo, porque eso es lo que Dios quiere que
hagamos. Los hombres que alcanzaron grandes proezas aprendieron a ver
cielos nuevos, vieron hacia arriba. Por eso, Jesús, en el Padre Nuestro,
pidió que se hiciera la voluntad de Dios en la tierra, como sucede en
el cielo. Por eso, la promesa para Abraham fue que su descendencia sería
tan abundante como las estrellas del cielo; por eso, Jesús inició Su
ministerio luego de ser bautizado, cuando el cielo se abrió y descendió
el Espíritu Santo sobre Él. Así que no bajes tu mirada, mantén tus ojos
puestos en lo alto, en el Señor.
Por supuesto que tener esa actitud no significa que debemos esperar que
todo caiga del cielo, sino que implica que nuestra esperanza está
puesta en Dios, quien nos abrirá paso, incluso para superar las
dificultades que esa nueva actitud conlleva. Porque luchar por alcanzar
nuestras promesas no es fácil, pero con la ayuda del Señor, lo
lograremos. Así que para mantener los cielos abiertos y nacer de nuevo,
te recomiendo hacer tres cosas:
- Aprende a obedecer a Dios y déjate guiar por el Espíritu Santo3.
- Hónralo con tus diezmos y ofrendas, ya que esto te garantiza bendición sobreabundante. Hacerlo es tan importante que Dios dice que lo probemos en esto y veremos abiertas la ventanas de los cielos4. No solo debemos darle el 10% de lo que recibimos, sino que pedirle dirección para administrar bien el 90% que nos queda para que rinda y se multiplique.
- Confiesa solo bendición. ¡Ten cuidado con las palabras que salen de tu boca5!Elías confesó que no llovería y así fue. Luego fue difícil provocar que lloviera de nuevo, porque sabemos que cancelar una palabra negativa cuesta mucho más que recordar las palabras positivas. Cancela todo lo negativo que has dicho sobre tu vida, sobre tu familia, sobre la vida de otros.
Dios tiene algo nuevo para ti. Es posible iniciar una vida diferente a
partir de una vieja historia si entiendes que hay cielos nuevos para ti.
Pide perdón por cualquier acto de desobediencia que haya cerrado los
cielos, honra al Señor con tus bienes y que tu boca proclame solo
bendición para tu vida y para quienes te rodean. Cancela todo lo malo
que hayas dicho hasta ahora. ¡No traigas a la memoria lo pasado, porque
lo nuevo será hecho!
Muévete hacia delante para abrir los cielos; verás que tu familia, tu
empresa y tu relación con Dios entrarán en una nueva dimensión. Declara
que se acabó la mediocridad, se acabó la sequía porque la lluvia de
gracia viene sobre ti y sobre tu casa. Declara que los cielos se abren
sobre tu vida, que se transforma tu matrimonio, que tus hijos recibirán
bendición de ahora en adelante. Tu hogar será nuevo desde los cimientos,
ahora hay un diferente comienzo para ti y tu descendencia, ¡se cancela
el pasado y una vida sin limitaciones inicia desde ahora, en el nombre
de Jesús!
Versículos de Referencia:
1. Isaías 43:18-19 dice: No os acordéis de las cosas pasadas, ni
traigáis a memoria las cosas antiguas. He aquí que yo hago cosa nueva;
pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el
desierto, y ríos en la soledad.
2. Isaías 65:17-25 promete: Porque he aquí que yo crearé nuevos
cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá
al pensamiento. Mas os gozaréis y os alegraréis para siempre en las
cosas que yo he creado; porque he aquí que yo traigo a Jerusalén
alegría, y a su pueblo gozo. Y me alegraré con Jerusalén, y me gozaré
con mi pueblo; y nunca más se oirán en ella voz de lloro, ni voz de
clamor. No habrá más allí niño que muera de pocos días, ni viejo que sus
días no cumpla; porque el niño morirá de cien años, y el pecador de
cien años será maldito. Edificarán casas, y morarán en ellas; plantarán
viñas, y comerán el fruto de ellas. No edificarán para que otro habite,
ni plantarán para que otro coma; porque según los días de los árboles
serán los días de mi pueblo, y mis escogidos disfrutarán la obra de sus
manos. No trabajarán en vano, ni darán a luz para maldición; porque son
linaje de los benditos de Jehová, y sus descendientes con ellos. Y antes
que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído. El lobo y
el cordero serán apacentados juntos, y el león comerá paja como el
buey; y el polvo será el alimento de la serpiente. No afligirán, ni
harán mal en todo mi santo monte, dijo Jehová.
3. Proverbios 3:1-2 enseña: Hijo mío, no te olvides de
mi ley,? y tu corazón guarde mis mandamientos; porque largura de días y
años de vida?Y paz te aumentarán.
4. Malaquías 3:10 aconseja: Traed todos los diezmos al alfolí y
haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los
ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre
vosotros bendición hasta que sobreabunde.
5. Proverbios 4:24 aconseja: Aparta de ti la perversidad de la boca,?Y aleja de ti la iniquidad de los labios
El secreto de la bendición de Dios en tu vida
2 Samuel 6:1-13 relata una historia que nos ayudará a descubrir el secreto de la bendición: David volvió a reunir a todos los escogidos de Israel, treinta mil.Y se levantó David y partió de Baala de Judá con todo el pueblo que tenía consigo, para hacer pasar de allí el arca de Dios, sobre la cual era invocado el nombre de Jehová de los ejércitos, que mora entre los querubines. Pusieron el arca de Dios sobre un carro nuevo, y la llevaron de la casa de Abinadab, que estaba en el collado; y Uza y Ahío, hijos de Abinadab, guiaban el carro nuevo. Y cuando lo llevaban de la casa de Abinadab, que estaba en el collado, con el arca de Dios, Ahío iba delante del arca. Y David y toda la casa de Israel danzaban delante de Jehová con toda clase de instrumentos de madera de haya; con arpas, salterios, panderos, flautas y címbalos. Cuando llegaron a la era de Nacón, Uza extendió su mano al arca de Dios, y la sostuvo; porque los bueyes tropezaban. Y el furor de Jehová se encendió contra Uza, y lo hirió allí Dios por aquella temeridad, y cayó allí muerto junto al arca de Dios. Y se entristeció David por haber herido Jehová a Uza, y fue llamado aquel lugar Pérez-uza, hasta hoy. Y temiendo David a Jehová aquel día, dijo: ¿Cómo ha de venir a mí el arca de Jehová? De modo que David no quiso traer para sí el arca de Jehová a la ciudad de David; y la hizo llevar David a casa de Obed-edom geteo. Y estuvo el arca de Jehová en casa de Obed-edom geteo tres meses; y bendijo Jehová a Obed-edom y a toda su casa. Fue dado aviso al rey David, diciendo: Jehová ha bendecido la casa de Obed-edom y todo lo que tiene, a causa del arca de Dios. Entonces David fue, y llevó con alegría el arca de Dios de casa de Obed-edom a la ciudad de David. Y cuando los que llevaban el arca de Dios habían andado seis pasos, él sacrificó un buey y un carnero engordado.
Recordemos que el Arca de Dios era el lugar donde Él habitaba. En el Antiguo Testamento no era como ahora que podemos disfrutar de la presencia del Espíritu Santo en cualquier lugar donde le busquemos. Nosotros gozamos de ese privilegio porque Jesús nos lo permitió con Su sacrificio. Por eso dijo: “les conviene que yo me vaya porque dejaré a alguien que estará con ustedes todo el tiempo”. La historia nos refiere que el cofre estaba en casa de Obed-edom porque el rey David la dejó allí luego que el Señor castigó con la muerte a Uza. Es difícil entender la razón del enojo de Dios, pero la lección es que no debemos hacer cosas malas que parezcan buenas. Ellos violaron un principio divino y llevaron el Arca sobre un carro cuando el mandato era que solamente podían llevarla los escogidos del pueblo. Entonces vemos que este hombre, Obed-edom recibe la presencia de Dios en su casa y con ella, también recibe mucha bendición.
Gozo que trae bendición
1 Samuel 7: 1-2 relata otra historia anterior que también nos orienta: Vinieron los de Quiriat-jearim y llevaron el arca de Jehová, y la pusieron en casa de Abinadab, situada en el collado; y santificaron a Eleazar su hijo para que guardase el arca de Jehová. Desde el día que llegó el arca a Quiriat-jearim pasaron muchos días, veinte años; y toda la casa de Israel lamentaba en pos de Jehová.
Antes de llegar donde de Obed-edom, el Arca estuvo durante veinte años en casa de Abinadab porque los filisteos siendo enemigos, la dejaron allí luego de notar que les perjudicaba tenerla. La diferencia entre estos dos hombres es muy grande. Obed-edom capturó y valoró la presencia de Dios en sólo tres meses, mientras Abinadab no fue capaz de obtener bendición teniéndolo ¡durante veinte años! Imagina que los enemigos te llevan algo muy delicado y precioso, tal vez hasta te molesta la complicación de custodiar algo tan valioso. Esa fue la actitud de Abinadab. La Escritura dice que la gente se acercaba lamentándose, adoraba a otros dioses y cuando las cosas iban mal, se acercaban a Dios pidiendo misericordia. Muchas veces nos sucede lo mismo, cometemos errores y nos acercamos al Señor para que nos haga el milagro de salvarnos el pellejo pero lo hacemos con lamentos y tristeza, justo de la forma que le desagrada. Nuestra desobediencia y mala actitud no traerán la bendición de Dios. Cuando un niño pequeño se lastima, busca a su madre para que lo consuele y lo que ella le dice es: “hijo, tranquilízate, deja de llorar y dime qué te sucedió”. Así pasa también con nosotros cuando nos acercamos a Dios con tristeza y depresión. No te lamentes, búscale con gozo a pesar de las dificultades. Esa es la actitud que le agrada.
Su presencia:
Recibir las bendiciones es cosechar el fruto de lo que has sembrado. Busca a Dios, recíbelo, dale Su lugar, sírvelo y recibirás bendición. David no se atrevió a continuar con el transporte del Arca, seguro tenía algún pecado que ocultar y buscó a la persona ideal para encomendársela. Quería la bendición pero igual que nosotros, no se sentía digno de pedirla y evitaba Su presencia por vergüenza. Si queremos ser bendecidos primero debemos buscarle a Él. Obed-edom actúo muy diferente a Abinadab, nunca se lamentó, por el contrario acomodó el Arca, llamó a su familia y les compartió la gran bendición que representaba gozar de la presencia de Dios. Nunca preguntó qué obtendría a cambio, si le pagarían por resguardar el tesoro más valioso del mundo. Nuestra intención al acercarnos a Dios debe ser buscarle y encontrarle, pasar tiempo con Él, no esperar algo a cambio, aunque la sanidad, prosperidad y gozo llegan por añadidura.
Su presencia es importante y quiere ser evidente. El Espíritu Santo es más real que nosotros mismos. Ya existía antes de la creación del mundo y ahora solamente necesita que le des un espacito para entrar en tu vida. El secreto de la bendición es que anheles y disfrutes de Su presencia, que Él sea el centro de tu alegría, no lo que pueda darte, aunque luego, todo viene porque dijo: “mío es el oro y la plata”.
Si la bendición tarda es porque hay algo en nuestro corazón que no está bien respecto a Su presencia. Él no quiere que te acerques solamente cuando le necesitas, desea que lo busques siempre por el anhelo de encontrarlo y tenerlo junto a ti. Una esposa se sentiría utilizada si su esposo la busca solamente cuando tiene hambre, por el contrario, le servirá gozosa si el marido constantemente la llama, le dice que la quiere y se interesa por ella. No te acerques sólo por la bendición sino por buscarle a Él.
Para saber cuánto le anhelas, revisa la cantidad de tiempo que dedicas a hablarle y no sólo para recordarle que te ayude a pagar la planilla y darle de comer a tu familia. Tu vida cambia completamente cuando tienes un encuentro con el Espíritu Santo y permites que se quede a tu lado. Busca tener una buena comunión con Él. Qué sabroso es tenerlo a la par cuando tomamos el cafecito de la mañana y hojeamos el periódico. Si cambias de actitud, seguramente tu oración también cambiará y la disfrutarás en adoración.
La bendición nunca se agota si es el Espíritu Santo quien nos la da y no somos nosotros quienes se la pedimos. Generalmente nos quedamos cortos en nuestras oraciones de petición porque Él es más grande de lo que podamos pedir y esperar, aquel que es poderoso para darnos más sobreabundantemente de lo que pensamos. Nos acercamos buscándole las manos cuando deberíamos levantar la mirada para ver Sus ojos, conocer Su corazón y comprender lo que realmente quiere darte.
Abinadab significa “mi padre es noble, generoso. Padre de una promesa, alguien dispuesto o voluntario”. No basta con tener las promesas, Dios honrará Su Palabra pero no debes buscarle con lloros, lamentos y reclamando como sucedió en casa de Abinadab durante 20 años. Su presencia no está donde hay tristeza y llanto. El nombre Uza significa “esfuerzo propio” y nos enseña que con nuestras fuerzas no es como obtendremos bendición. Obed-edom significa “está sirviendo”, es decir, la actitud correcta para ser bendecido y cautivado por Su presencia.
La bendición:
1Crónicas 15:21 nos habla de cómo este hombre siempre estaba dispuesto en alabanza: Matatías, Elifelehu, Micnías, Obed-edom, Jeiel y Azazías tenían arpas afinadas en la octava para dirigir.
1 Crónicas 15: 25 nos muestra que era servidor del Señor: David, pues, y los ancianos de Israel y los capitanes de millares, fueron a traer el arca del pacto de Jehová, de casa de Obed-edom, con alegría.
Estaba en la jugada todo el tiempo, sirviendo con esa pasión de anhelar al Señor sin importar lo que tuviera que hacer. Búscale a toda hora, no encuentres escusas para faltar al templo los domingos y leer Su Palabra diariamente. No hay cansancio que supere a Su amor.
1 Crónicas 16: 37- 39 nos relata sobre el ejemplo que le dio a su familia: Y dejó allí, delante del arca del pacto de Jehová, a Asaf y a sus hermanos, para que ministrasen de continuo delante del arca, cada cosa en su día; y a Obed-edom y a sus sesenta y ocho hermanos; y a Obed-edom hijo de Jedutún y a Hosa como porteros. Asimismo al sacerdote Sadoc, y a los sacerdotes sus hermanos, delante del tabernáculo de Jehová en el lugar alto que estaba en Gabaón.
Obed-edom inspiró a sus 68 hermanos para servir en el templo. No se le pasaba una oportunidad para agradar a Dios, como decimos ahora, ¡compraba todos los números para ganarse la lotería! Tenía esa pasión que se traduce en servicio a Dios y a la congregación. A veces buscas las bendiciones materiales sin darte cuenta que tu familia es la mejor bendición de todas y lo mejor que puedes hacer es inspirarlos para amar a Dios y servirlo.
1 Crónicas 26:4-8 habla sobre los hijos a los que inspiró: Los hijos de Obed-edom: Semaías el primogénito, Jozabad el segundo, Joa el tercero, el cuarto Sacar, el quinto Natanael, el sexto Amiel, el séptimo Isacar, el octavo Peultai; porque Dios había bendecido a Obed-edom. También de Semaías su hijo nacieron hijos que fueron señores sobre la casa de sus padres; porque eran varones valerosos y esforzados. Los hijos de Semaías: Otni, Rafael, Obed, Elzabad, y sus hermanos, hombres esforzados; asimismo Eliú y Samaquías. Todos éstos de los hijos de Obed-edom; ellos con sus hijos y sus hermanos, hombres robustos y fuertes para el servicio; sesenta y dos, de Obed-edom.
1 Crónicas 26:15 continúa hablando sobre ellos: Y para Obed-edom la puerta del sur, y a sus hijos la casa de provisiones del templo.
Este era un hombre que deseaba estar donde estaba el Señor, siempre a la puerta del templo, limpiando, guardando y cuidando. Su actitud nos cuestiona sobre lo que hacemos por servir a Dios que no tiene la obligación de bendecirte solamente porque tú lo quieres así. ¿Asistes al grupo y a la academia, abres las puertas de tu casa para un grupo de oración, prestas tu carro para que vayan a orar por algún enfermo? No pierdas oportunidad para hacerte merecedor de la bendición. Que no te importe ser criticado, no ser reconocido o ser despreciado. Buscar Su presencia es suficiente para que bendiga a tu familia y nada te falte.
Al final de tu vida, cuando te llame a Su lado, podrás irte satisfecho porque sabes que tu familia le sirve y está en Sus caminos. Nada te llevarás, ni el dinero, ni la casa, ni el carro, solamente el gozo de dar ejemplo de servicio y entrega por Su nombre. Las habilidades, dones y bienes de Obed-edom estaban a disposición del Señor. Ahora entiendo porqué David estaba convencido de que este hombre fiel era el indicado para recibir el Arca en su casa. Ojalá puedan decir que tu hogar es el mejor lugar para que Dios habite porque le anhelas y sirves con pasión. El secreto de la bendición es que ames la presencia de Dios con todo tu corazón, te entregues e inspires a tu familia a imitarte en la dedicación hacia Él. De esa forma te aseguras pasar la eternidad con quien conoces y te hace sentir cómodo porque son íntimos amigos.
Se necesitan más que promesas para recibir bendición. Es necesario tener buena actitud, disposición de servicio y entrega para que Dios se sienta cómodo contigo. Debes actuar con tu Padre Celestial como esos hijos cariñosos y consentidores que besan, abrazan y honran a sus padres quienes no pueden negarles nada ante tales expresiones de amor. Pido al Espíritu Santo que te haga reflexionar y te muestre la satisfacción de pasar tiempo a Su lado. Dios quiere estar contigo, búscale y disfruta la comunión con Él. Enamórate de Su presencia porque lo demás viene por añadidura.
El propósito de Dios en ti
En Juan 10:7-18, Jesús explica a los judíos que un buen pastor, que cuando sus ovejas oyen su voz le conocen y lo siguen.
Aquí podemos ver que Las ovejas no siguen al pastor porque lo ven, ellas lo siguen porque escucharon su voz y le reconocieron.
Todo aquel que quiere servir a Dios por lo que ve, nunca se mantiene firme. Esto no es tan solo un principio en el mundo espiritual, sino también en nuestro diario vivir, en nuestras relaciones.
Los hermanos de José le dicen a su padre que había muerto, Jacob, que siempre soñó y hasta luchó con el ángel para ser bendecido, en ese día de la mala noticia, dejó de soñar. Por 13 años vivió frustrado con angustia en su corazón, y todo por una mentira.
Jacob no creyó cuando le dan la noticia que su hijo José estaba vivo, es porque el sonido de los hijos era el mismo sonido que cuando le dijeron la mentira. Esto nos enseña que puedes cambiar las palabras, pero el sonido se queda igual. Todos sabemos cuando alguien nos habla hipócritamente. Te puede decir los “buenos días”, pero por el sonido de su voz tú sabes que no es lo que desean.
Pero, cuando Jacob escucha las palabras que su hijo José le había mandado a decir, su espíritu cobra ánimo y cree, porque de un soñador a otro sonador, se entienden. El sonido de las palabras de José era muy diferente al de sus hermanos.
Los hermanos de David se encontraban en la guerra y David les fue a llevar comida. Por 40 días el gigante Goliat, tenía amedrentado al ejército. David, quien ya había sido ungido para ser rey, llega ante sus hermanos y escucha a Goliat vociferando, y escucha la recompensa que daba el rey Saúl a aquel que derrotara a Goliat. Entonces, salió a pelear contra Goliat, y esto porque escucho lo que el rey decía y despertó el rey que había en su interior. De un rey a un rey se entienden. El sonido es familiar, es el mismo.
A Jesús le sucedió varias veces que hablaba y no le entendían. Aún sus discípulos no le entendían. Si no entendían a Jesús, ¿por qué le seguían? Porque el sonido de su voz despertaba en ellos algo diferente.
Para Dios dirigirte no necesita despertar tu mente, sino despertar tu corazón. Que puedas oír un sonido diferente, un sonido especial en tu vida que, aunque tu mente no lo reciba, ni lo entienda, tu corazón lo reciba y despierte en ti el deseo de seguirle.