Cuando la palabra habla al hombre acerca
de honrar a su mujer como vaso más frágil, continúa diciendo: Para que
tus oraciones sean sin estorbo. Hay estorbo, hay interrupción, hay un
corte de comunicación entre Dios y tú, cuando falta honra. Quizás tú no
lo puedes ver, pero, cuando uno es irrespetuoso, cuando faltamos en dar
honor a quien honor merece, se interrumpe la comunicación, hay estorbo
en nuestra relación con Dios. Y, ¿cómo se restituye esa relación? Con
honra.
En Isaías 61, vemos la escritura que
Cristo citó cuando entró a aquella sinagoga en Nazaret: Yo he venido
para traer buenas nuevas a los pobres, para levantar a los quebrantados,
al cautivo, para sanar a los enfermos. Y, en esa misma escritura, más
adelante, dice que, en lugar de confusión y deshonra, “os alabarán en
sus heredades, por lo cual en sus tierras poseerán doble honra.”
Una de las cosas que Jesús vino a hacer fue, no tan solo a restaurar la honra, sino a darnos una doble porción.
Esta escritura dice: Reedificarán las
ruinas antiguas. A veces, nos encontramos con ruinas en nuestra familia,
con cosas que han sido destruidas. Y, cuando miramos, la destrucción ha
sido por pecado, por malas decisiones que, generalmente, están ligadas
con el honor. Quizás te encuentras con ruinas, pero Dios te dice: Esas
ruinas pueden reedificarse.
La escritura continúa, diciendo:
Levantarán los asolamientos. La falta de honra trae soledad a nuestra
vida. Puedes ser la persona más inteligente, pero, cuando te expresas
con deshonra hacia los demás, vas a terminar solo. Nadie quiere andar
con alguien que habla mal de otro. Si hablas mal de tu jefe, un día
hablarás mal de tu compañero. Si te comportas mal con tus padres, un día
le fallas a algún amigo. Y todo esto trae consecuencias de maldición
sobre nuestra vida.
El asolamiento es una consecuencia de
maldición, pero Dios dice que se va a acabar, que se levantarán de los
asolamientos y restaurarán ciudades. Mucho más que la restauración de un
hogar, Dios tiene restauración de ciudades completas para los hogares
que traen honra.
Cuando se levanta una iglesia que sabe
honrar a Dios, que sabe honrar a los ministros, que sabe honrar a las
autoridades, a la familia, a los cristianos, ciudades completas son
restauradas. Y, dice la biblia que, para ellos hay doble honra.
En Isaías 61, dice que, cuando se reedifica, cuando se levanta y se restaura, no hay más confusión, sino que hay doble honra.
La confusión llega a los hogares, cuando
no tenemos claras las líneas de autoridad, cuando no tenemos clara la
honra que debe haber. La confusión viene cuando no hemos sido enseñados
correctamente, o cuando no hemos enseñado correctamente.
Quizás hoy puedas reconocer las
consecuencias que tu familia ha vivido por la falta de honra. Pero los
que creemos en el Señor no estamos sin esperanza, sino que hay una
palabra que nos dice que seremos reedificados, levantados y restaurados,
que no habrá más confusión, y que habrá doble honra.
Dios puede levantar tu hogar. Dios puede
quitarte ese sentimiento de soledad que te hace pensar que no tienes a
nadie con quien puedas contar, y Dios puede restaurar tu familia
completa, cuando la honra está en el lugar correcto.
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