El pueblo de Israel salió de
Egipto, Moisés envío a doce espías para reconocer la tierra
prometida, pero cuando regresaron, los hombre que moisés mando dos de los espías
digeron que ellos entrarían en aquella tierra y que devorarían lo que encontraran de frente. Pero diez espías regresaron con
con miedo, dándose por vencidos sin haber dado comienzo a la
batalla, sin ver el esfuerzo que aquel pueblo había
hecho para salir de Egipto.
La revolución
Había llegado el día anhelado. Dios le habló a moisés desde la zarza
ardiente y le dijo, dile al faraón: “¡deja salir a mi pueblo y me
servirán!” pero el faraón no estaba dispuesto a dejar que una deidad
suprema y exclusiva le haga perder su autoridad. Ese era su imperio y
ningún Dios de los hebreos iba a derribar sus pirámides.
Los milagros
El faraón estaba por recibir una sorpresa. Hasta ese momento, la
gente creía que éste era un mundo bastante fiable. En general, la
naturaleza parecía marchar muy bien como otro de los grandes proyectos
del faraón y sus pirámides. Pero, todo iba a cambiar. Moisés derrumbó
esa confiable maquina de levantar pirámides. Con un milagro tras otro
(en total diez), demostró que detrás de la fachada de las leyes de la
naturaleza hay un deliberado propósito divino. Existe un Dios quién
escucha el llanto del oprimido, quién exige la justicia y ama a aquellos
que hacen el bien.
La liberación
Finalmente, el testarudo faraón se rindió. En aquel día, más de
600.000 familias judías comenzaron su éxodo de Egipto hacia la tierra
prometida con sus cabezas erguidas y alegres canciones en sus labios. El
punto más alto de esta travesía fue su parada al pie del monte Sinaí
para escuchar una transmisión pública de la sabiduría y voluntad divina
de Di-s mismo, documentadas en la “Torá”. Es esta sabiduría divina la
que nos mantuvo unidos como una nación a pesar de todos los sucesos
vividos a lo largo de los siglos. Y es esta sabiduría y experiencia la
que transmitimos al mundo entero. Hoy cada vez más pueblos reconocen los
derechos de cada ser humano, hecho “a semejanza e imagen de Dios.
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