Jesús daba esperanza a
todo aquel que estaba en pecado, y sanida al que tenia enfermedad, Jesús no
se fijaba en el exterior de las personas, de cómo vestían o cómo
actuaban. Jesús siempre estuvo mirando lo que había en el corazón del
hombre.
Continúa Jesús diciendo – ¿No entendéis que nada de fuera que entra en el hombre lo puede contaminar… lo que sale del hombre, eso contamina al hombre, 21 porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, 22 los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lujuria, la envidia, la calumnia, el orgullo y la insensatez. 23 Todas estas maldades salen de dentro y contaminan al hombre.
Para que puedas vivir una vida en
libertad, llena de tu corazón de la palabra de Dios, de los pensamientos
de Dios. La palabra de Dios pone paz y alivio en tu mente y corrección
a tu corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario