Las promesas del Señor son eternas y grandiosas. Él no hace
remodelaciones, sino que hace cosas nuevas, diferentes y mejores. Por
eso, cuando decidimos entregarle nuestro corazón, decimos que nacemos de
nuevo, porque somos formados otra vez, según Su propósito. Por supuesto
que no es posible salir otra vez del vientre de nuestra madre, pero es
casi como eso, porque nuestro pensamiento, espíritu y corazón cambian
tan radicalmente que pareciera que somos otra persona. Incluso
rejuvenecemos porque hay tanta esperanza al ver la vida desde otra
perspectiva que nos llenamos de vitalidad y de proyectos. Justo eso es
lo que el Señor promete cuando dice que saldrá la luz, se abrirán nuevos
caminos y ríos1.
Es necesario comprender esto para apreciar y aprovechar en toda su
dimensión aquello que Dios nos ofrece: ver cielos abiertos a la
posibilidad de hacer realidad aquello que Él desea, es decir,
desarrollar todo nuestro potencial para alcanzar grandes conquistas.
Pero todo es cuestión de que nos dispongamos a aprender de Su Palabra
para abrir los ojos de la fe y descubrir esa nueva perspectiva que nos
enfrenta a la realidad y nos reta a buscar cada vez algo mejor. Por
ejemplo, cuando vemos un vaso con agua, si no está al tope, podemos
decir que está medio lleno o que está medio vacío, no importa. Claro que
algunos aconsejan decir que está medio lleno porque decir que está
medio vacío implica concentrarse más en lo que no se tiene. Está bien,
pero lo importante es reconocer que no está lleno y que por lo tanto, se
está desperdiciando su propósito que es contener algún líquido. Lo
mismo sucede con nosotros. Si no estamos desarrollando todo nuestro
potencial, significa que lo estamos desperdiciando, así de sencillo. Si
vamos por la vida buscando estar bien, pero sin molestarnos en lograr la
excelencia, déjame decirte que no has nacido de nuevo, porque Dios no
celebra la mediocridad, sino la plenitud de nuestro esfuerzo por dar el
100% de nuestra capacidad. Así que deja a un lado las excusas y decídete
a ver tu vida con fe para percibir esos cielos abiertos que Él promete.
¡Acepta el reto de comenzar de nuevo!
Si entramos en la dimensión del Espíritu, nuestra verdad comienza a
cambiar. La vida nueva en el Señor no está basada en la percepción
natural, sino en aspirar a todo lo que nos ha prometido, que es, nada
más y nada menos, que cielo nuevo y tierra nueva ahora, si te decides a
aceptar tu naturaleza de pueblo escogido y linaje bendito, a quien Dios
escucha y favorece2.
Levanta tus ojos al cielo, porque eso es lo que Dios quiere que
hagamos. Los hombres que alcanzaron grandes proezas aprendieron a ver
cielos nuevos, vieron hacia arriba. Por eso, Jesús, en el Padre Nuestro,
pidió que se hiciera la voluntad de Dios en la tierra, como sucede en
el cielo. Por eso, la promesa para Abraham fue que su descendencia sería
tan abundante como las estrellas del cielo; por eso, Jesús inició Su
ministerio luego de ser bautizado, cuando el cielo se abrió y descendió
el Espíritu Santo sobre Él. Así que no bajes tu mirada, mantén tus ojos
puestos en lo alto, en el Señor.
Por supuesto que tener esa actitud no significa que debemos esperar que
todo caiga del cielo, sino que implica que nuestra esperanza está
puesta en Dios, quien nos abrirá paso, incluso para superar las
dificultades que esa nueva actitud conlleva. Porque luchar por alcanzar
nuestras promesas no es fácil, pero con la ayuda del Señor, lo
lograremos. Así que para mantener los cielos abiertos y nacer de nuevo,
te recomiendo hacer tres cosas:
- Aprende a obedecer a Dios y déjate guiar por el Espíritu Santo3.
- Hónralo con tus diezmos y ofrendas, ya que esto te garantiza bendición sobreabundante. Hacerlo es tan importante que Dios dice que lo probemos en esto y veremos abiertas la ventanas de los cielos4. No solo debemos darle el 10% de lo que recibimos, sino que pedirle dirección para administrar bien el 90% que nos queda para que rinda y se multiplique.
- Confiesa solo bendición. ¡Ten cuidado con las palabras que salen de tu boca5!Elías confesó que no llovería y así fue. Luego fue difícil provocar que lloviera de nuevo, porque sabemos que cancelar una palabra negativa cuesta mucho más que recordar las palabras positivas. Cancela todo lo negativo que has dicho sobre tu vida, sobre tu familia, sobre la vida de otros.
Dios tiene algo nuevo para ti. Es posible iniciar una vida diferente a
partir de una vieja historia si entiendes que hay cielos nuevos para ti.
Pide perdón por cualquier acto de desobediencia que haya cerrado los
cielos, honra al Señor con tus bienes y que tu boca proclame solo
bendición para tu vida y para quienes te rodean. Cancela todo lo malo
que hayas dicho hasta ahora. ¡No traigas a la memoria lo pasado, porque
lo nuevo será hecho!
Muévete hacia delante para abrir los cielos; verás que tu familia, tu
empresa y tu relación con Dios entrarán en una nueva dimensión. Declara
que se acabó la mediocridad, se acabó la sequía porque la lluvia de
gracia viene sobre ti y sobre tu casa. Declara que los cielos se abren
sobre tu vida, que se transforma tu matrimonio, que tus hijos recibirán
bendición de ahora en adelante. Tu hogar será nuevo desde los cimientos,
ahora hay un diferente comienzo para ti y tu descendencia, ¡se cancela
el pasado y una vida sin limitaciones inicia desde ahora, en el nombre
de Jesús!
Versículos de Referencia:
1. Isaías 43:18-19 dice: No os acordéis de las cosas pasadas, ni
traigáis a memoria las cosas antiguas. He aquí que yo hago cosa nueva;
pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el
desierto, y ríos en la soledad.
2. Isaías 65:17-25 promete: Porque he aquí que yo crearé nuevos
cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá
al pensamiento. Mas os gozaréis y os alegraréis para siempre en las
cosas que yo he creado; porque he aquí que yo traigo a Jerusalén
alegría, y a su pueblo gozo. Y me alegraré con Jerusalén, y me gozaré
con mi pueblo; y nunca más se oirán en ella voz de lloro, ni voz de
clamor. No habrá más allí niño que muera de pocos días, ni viejo que sus
días no cumpla; porque el niño morirá de cien años, y el pecador de
cien años será maldito. Edificarán casas, y morarán en ellas; plantarán
viñas, y comerán el fruto de ellas. No edificarán para que otro habite,
ni plantarán para que otro coma; porque según los días de los árboles
serán los días de mi pueblo, y mis escogidos disfrutarán la obra de sus
manos. No trabajarán en vano, ni darán a luz para maldición; porque son
linaje de los benditos de Jehová, y sus descendientes con ellos. Y antes
que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído. El lobo y
el cordero serán apacentados juntos, y el león comerá paja como el
buey; y el polvo será el alimento de la serpiente. No afligirán, ni
harán mal en todo mi santo monte, dijo Jehová.
3. Proverbios 3:1-2 enseña: Hijo mío, no te olvides de
mi ley,? y tu corazón guarde mis mandamientos; porque largura de días y
años de vida?Y paz te aumentarán.
4. Malaquías 3:10 aconseja: Traed todos los diezmos al alfolí y
haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los
ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre
vosotros bendición hasta que sobreabunde.
5. Proverbios 4:24 aconseja: Aparta de ti la perversidad de la boca,?Y aleja de ti la iniquidad de los labios
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