Analiza cuantas oportunidades Dios te ha
dado y las has perdido, por no moverte en fe y por no tomar riesgos.
Te has quedado estancado y limitado, por no aprovechar el momento en que
Dios abrió esa puerta gigantesca. Es importante entender que la
herencia que Dios tiene preparada para ti es más grande.
En la vida de Pedro, podemos ver que
Dios comienza con un milagro, llenando la barca de peces y cuando
termina, una vez más en su vida, vuelve y llena sus barcas. La
diferencia entre la primera y la segunda, fue que la primera vez las
redes se rompieron y la segunda vez, pudo llevar toda la abundancia
hasta la orilla. Todo esto es el resultado de haber salido de la zona
de comodidad y seguir a Cristo por tres años y medio.
Debes saber que todo preparativo que
hagas naturalmente, siempre estará a la merced de los cambios y a las
circunstancias que pasan en el mundo. Esto no significa que no tengas
ahorros y que no te planifiques. Una cosa es una buena mayordomía y ser
inteligente con tus finanzas; pero otra cosa es poner tu fe en la
economía y los instrumentos del mundo, dejando pasar las oportunidades
que Dios tiene para ti.
Acepta el llamado. No tengas temor en
salir de tu zona de comodidad. Lo que Dios te da, lo podrás retener,
nadie te lo podrá quitar, por que cuando Dios lo ponga en tus manos, tu
red no se va a romper.
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